miércoles, 15 de marzo de 2017

L´Historie du Soldat " Suite op. 83 (Versión Trio) Igor Stravwinsky

Una vez más tengo el placer de poder publicar un vídeo en el que interviene Josep Fuster. Incansable Josep,con sus clases en el SMUC, tocando en la Orquesta OBC de solista, dando clases magistrales, grabando discos y dando recitales.Creo que es uno de los clarinetistas españoles con más actividad, y además todo lo que hace lo hace bien y con ese calificativo me quedo. Un gran clarinetista, gran profesor y excelente persona.Por lo tanto contento de poderos dejar un vídeo de un concierto que dió en el Conservatorio Municipal del Bruc, en Barcelona, junto a la violinista Katia Novell y el pianista Luis Parés.  
La Historia del Soldado (Fuente http://blog.juanfran.com )
 La Historia del Soldado , en su título original Histoire du soldat , es una obra compuesta en 1918 por Ígor Stravinsky , para ser "leída, tocada y danzada". La obra original es para septeto de violín, contrabajo, clarinete, fagot, corneta ‐ con frecuencia trompeta ‐ , trombón y percusión. Ciertamente tras la "Gran Guerra" no era posible escribir producciones para grandes orquestas. El escritor del libreto y el propio compositor idearon la pieza como una suerte de teatrillo para ir deambulando y conseguir algo de dinero. En el elenco hay que incluir también tres actores: el soldado, el diablo, y un narrador, así como una bailarina, que representa a la princesa, y que baila pero mantiene un discreto silencio. Stravinsky pudo vivir y componer la pieza gracias al mecenazgo del filántropo suizo Werner Reinhart , clarinetista amateur, con quien se encontraron en el proceso de gestación (de la pieza), y a quién dedicó la obra y regaló el manuscrito
. El mismo Reinhart financió también durante 1919 la creación de nueva música de cámara, incluyendo un
arreglo del propio compositor de la Historia del Soldado para clarinete, violín y piano. El compositor tenía interés en que el público viera el gesto y el movimiento de los músicos, necesarios incluso para comprender mejor la obra, recomendando por tanto que aparecieran en escena. Eligió instrumentos representativos, agudos y graves de cada familia (violín ‐ contrabajo, clarinete ‐ fagot, corneta ‐ trombón), en una formación similar a las bandas de Jazz de Nueva Orleans. La gripe española, que causaba estragos por Europa, impidió la gira, y sólo se pudo interpretar, en versión para septeto y actores, en su estreno en 1918.
El arreglo para trío es el que interpretaremos en el concierto, y consta de los siguientes movimientos: 1. Marcha del Soldado 2. El Violín del Soldado 3. Pequeño Concierto 4. Tango ‐ Vals ‐ Ragtime 5. Baile del Diablo La pieza original dura en torno a una hora (la suite para trío en torno a quince minutos), e incluye además otros números, dos "música para escena", Marcha Real, Pequeña y Gran Coral, y Marcha triunfal del diablo. Se basa en un cuento popular ruso. (Incluyo entre paréntesis las piezas del trío en el momento en que sonarían en la obra original, y recuerdo que en ella habría más música). Es una parábola sobre un soldado ( José ) que mientras vuelve a casa de permiso (suena la Marcha del Soldado ) se sienta junto a un arroyo ( El Violín del Soldado ) y es tentado por el diablo, e intercambia su violín, que representa a su alma, por un libro que predice el futuro. Tras lo que él cree que han sido tres días enseñándose mutuamente como usar violín y libro, vuelve a su pueblo (suena de nuevo la Marcha ) para descubrir que en realidad han transcurrido tres años, y que todo el mundo cree que es un fantasma, incluida su novia, que cansada de esperar, está ahora casada con otro. Se enfrenta con el diablo para exigir la devolución de su alma/violín pero éste le recuerda el poder del libro. José amasa una gran fortuna, aunque acaba comprendiendo que esas riquezas materiales no significan nada, y quiere recuperar su vida anterior, paupérrimo pero feliz (se repite, a modo de recuerdo de aquellos tiempos pasados, El Violín del Soldado ). De nuevo 2 vuelve el diablo a liarla, como siempre, y aunque al dueño le es devuelto su violín, desesperado, se da cuenta de que no es capaz de hacerlo sonar, haciendo eso que todos hemos querido hacer alguna vez: arroja el violín y hace pedazos el libro. José más tarde llega a una posada, a la que llega la noticia de que la hija del rey está enferma, y que aquel que logre "levantarla de la cama" la tendrá en matrimonio. Allá que corre nuestro soldado, para encontrarse de bruces con el diablo, disfrazado de violinista virtuoso. Tras unos tiras y aflojas entiende que la única forma de lograr tocar de nuevo es perder todas sus riquezas, cosa que logra jugando a las cartas con el diablo. Libre y sonoro de nuevo, toca ( Pequeño Concierto ) y corre ante la princesa que no puede por menos que levantarse a bailar ( Tango, Valse, Ragtime ), todo milagrosamente, claro (¡el poder de la música!). Tras la feliz resurrección, el diablo, chincha que rabia, pues no le satisface ni éste ni ningún otro final dichoso, ataca, a lo que José responde, y le derrota con el violín ( Baile del Diablo ). El caso es que siempre hay un pero, que en esta ocasión viene en forma de maldición: José no deberá abandonar el castillo/reino so pena de ser llevado al infierno por el mismísimo Lucifer. Como lo quiere tener todo, y somos por naturaleza curiosos, no pasa tiempo hasta que intenta lo prohibido, aunque eso sí, con la loable finalidad de reunir a su mujer y a su madre en agradable reunión familiar. Agradable si es que entre madre y nuera hubiera buen “feeling”, claro, aunque no tiene tiempo de comprobarlo. Nada más traspasar con su pié las fronteras (del reino –léase textualmente ‐ o de lo prohibido –sigamos con la alegoría ‐ ), se da cuenta de su destino final al ver cómo el diablo le espera frente a él, descubriendo, girándose, que su novia ha desaparecido. En fin, el narrador nos cuenta la moral de la historia: No debes buscar añadir a lo que tienes lo que una vez tuviste. No puedes a la vez ser lo que eres y lo que fuiste. Nadie puede tener todo, está prohibido. Debes aprender a elegir. Una dicha es toda la dicha; dos, es como si no existieran El trío para clarinete, violín y piano, musicalmente hablando, tiene una sonoridad cruda, áspera, descriptiva de la situación y de las decisiones que tiene el soldado, que dan a la obra un gran realismo, y una atmósfera como de orquestilla de circo. En lo que a ritmo se refiere, tiene multitud de cambios de compás, mientras, con frecuencia, mantiene un ostinato rítmico que mantiene su propio acento y que no (suele) coincidir con el natural de cada compás. Cuando este cruce de acentos se mantiene, deja de percibirse como un punto singular y notamos claramente los dos pulsos independientes, y el patrón de yuxtaposiciones y contraposiciones que se crea. En la Marcha , tras un par de compases todos con el mismo ritmo, escucharemos la mano izquierda del piano tocando a modo de tamborcillo. Con el septeto es literalmente un tambor, en el trío el piano imita ese sonido con un intervalo ligeramente disonante de novena. Este “tambor” funciona como si de un compás de marcha se tratara (2/4), mientras el resto (violín, clarinete y mano derecha del pianista) tocan con un marcado carácter rítmico, con notas muy sueltas, cambiando mucho de compás y acento, a modo de jovenzuelo marchando sin preocupaciones, mientras vuelve a casa y se distrae con todo lo que cruza por su mirada y su cabeza. En El violín del soldado , subtitulado como " Escena del Soldado junto al arroyo ", se detiene a descansar. Encontramos otro elemento rítmico similar a aquel de la mano izquierda del piano en la Marcha. Se crea de nuevo una polirritmia al transcurrir el resto por diferentes cambios de 3 compás. Encontramos frases y melodías más largas, menos fragmentadas que en la marcha, y momentos en los que pudiera recordar el fluir del agua como fondo a los pensamientos del soldado. Para el Pequeño concierto debemos buscar un recuerdo, un sueño que tuvo Stravinsky y en el que se inspiró para escribir este movimiento: soñó con una joven zíngara sentada en el borde del camino, tocando el violín para su hijo con largos movimientos del arco. Stravinsky, al despertar, recordó la melodía que ella tocara, y la usó en este movimiento, que en la historia suena tras recuperar José su violín (y su sonido) y correr a despertar a la princesa. La princesa no sólo no se enfadó al ser despertada, sino que tras ello, juntos disfrutan de tres bailes. En el Tango vemos una danza sexi, que comenzaba a ser popular en Suiza (aunque no logro imaginarme a un suizo con gorro tirolés bailando con un clavel en la boca). No obstante Stravinsky logra utilizar elementos reconocibles y esenciales del ritmo de un tango, pero dando ese giro rítmico y armónico personal que lo convierte en diferente. Tanto en esa primera danza como en el Vals , que, como no puede ser de otra forma está en 3/4, encontramos intervalos de séptima y cambios de compás que continuamente, sin llegar a molestar o a sonar disonantes del todo, marcan esa diferencia con lo que vendrían a ser dos danzas típicas de salón. También hay Jazz. Ernest Ansermet, director en el estreno de la obra en el teatro municipal de Lausanne, habría traído de un reciente viaje por América distintas partituras, y de ellas se imaginó Stravinsky como sonaría este Ragtime . En El Baile del diablo , José hizo caer a Belcebú al suelo, derrotado éste y exhausto tras no poder parar de bailar mientras sonara la música que el soldado tocaba. Ciertamente tiene un tempo diabólico, tan frenético que también los intérpretes quedarán exhaustos. En su parte central encontramos elementos del " Pequeño Concierto ", como alguna melodía y el ostinato de la mano izquierda del piano, pero el número queda marcado por los mazazos de los tres instrumentos acentuando grupos de acordes disonantes repetidos, e intercalando ristras vertiginosas de semicorcheas, ambos recursos básicos de cualquier “manual de cómo cansar al diablo". El final repite de nuevo el ostinato rítmico, con una melodía en legato, repetida, circular y cromática, a modo de encantamiento para serpiente, que culmina con un trémolo y un crescendo final que representan la caída ‐ desenlace del rojo cornudo. En la versión de trío llega aquí el término de la suite, dejando la historia con una feliz derrota del diablo. Se pierde la moral final de la versión con narrador, sin duda por ser un arreglo destinado a concierto de cámara más que a obra independiente con toda la escenografía (músicos incluidos). Stravinsky es uno de los grandes del siglo XX, nacido en Rusia en 1882, y educado desde pequeño en una atmósfera musical. Es uno de los compositores que más ha variado su estilo de composición a lo largo de su dilatada vida. Es notoria su relación con el fundador de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev, con la que él obtuvo reconocimiento internacional, y nosotros grandes obras como El pájaro de fuego, o Petrushka. En Francia, nacionalizado francés, tuvo también notoriedad, en ocasiones por las violentas discusiones a causa de sus innovaciones musicales. 4 Durante la guerra se refugió en Suiza, donde compuso La historia del soldado . Posteriormente viajó a Estados Unidos, donde, tras nacionalizarse norteamericano y vivir la última etapa de su vida, murió en 1971. Revoluciona el lenguaje musical, utilizando libremente la disonancia, cambios de acento y ritmos libres, o las posibilidades técnicas de cada instrumento, mientras mantiene inspiración y melodías del folclore ruso. Más tarde se vuelca en un neoclasicismo, singular y con estilo propio, uniendo elementos clásicos con politonalidad, ritmos deformados, etc. Finalmente le vemos desarrollar el dodecafonismo, una vez más a su manera, incorporando elementos propios o de nuevas tendencias como el jazz. A pesar de tan variados estilos, en todas sus obras se reconoce y adivina su autoría, dando unidad al conjunto

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