Josep Fuster e Isabel Fernández,han grabado su cuarto volumen de Música Virtuosa. En este Cd. la música que se interpreta es, casi en su totalidad, estreno absoluto. Música escrita para Josep Fuster, de compositores actuales.
Josep Fuster, es un clarinetista dedicado en alma y cuerpo a su profesión. Hombre inquieto, con ganas siempre de tener en sus manos el clarinete, tiene una dedicación casi total al instrumento.Solista de la OBC, profesor del SMUC,se dedica además a impartir clases magistrales, por innumerables pueblos de la geografia nacional y también en el extranjero.Además por si con esto no fuera suficiente,actúa como solista en recitales con mucha asiduidad.Se siente feliz,con el clarinete en sus manos. No puede ser más afortunado, porque está enamorado profundamente de su profesión y esa es la mayor suerte que una persona puede poseer.
Es prácticamente una exclusiva del blog,presentaros el CD completo,por lo cual tengo que darle las gracias a Josep.
Espero que lo escuchéis completo, porque seguro que quedaréis gratamente sorprendidos, por escuchar a Josep Fuster,acompañado por Isabel Hernández y por el nuevo repertorio que contiene el Cd.
ROMANZA
Es una obra que consta de dos movimientos:
I «Andante tranquilo»
Se caracteriza principalmente por el elemento melódico, intensamente expresivo, lírico y con cierto aire nostálgico. El clarinetista tiene la oportunidad de lucir todos sus recursos interpretativos y expresivos y deberá controlar en cada momento la columna de aire y la sonoridad en los diferentes registros del instrumento, con un interesante acompañamiento pianístico.
II «Allegro»
En este segundo movimiento, el clarinete tiene un papel determinante, en cuanto a espectacularidad musical y técnica del instrumento. Se exponen las células temáticas que han aparecido en el desarrollo, en forma de arpegios, en la tonalidad de fa mayor, que llegan al fa índice 5 (sol 5, para el clarinete en B♭) de forma muy espectacular, de modo que el instrumentista tiene la oportunidad de demostrar su dominio técnico e interpretativo a través del discurso musical.
En general, es una obra de un gran colorido y dinámica musical, con giros melódicos y contrapuntísticos, cambios diversos de articulaciones, de tempo y matices. Todo ello permite a esta pieza ofrecer una música fresca, original y agradable, tanto para el intérprete como para el oyente.
RAFAEL GRIMAL
SUITE
Este es uno de mis primeros trabajos de juventud. Fue escrito para reivindicar el placer lúdico de la música de cámara
amparada en la melodía con una importante presencia de la armonía y el contrapunto.
«Preludio»: Breve movimiento de carácter alegre que hace contrastar la melodía del clarinete con un acompañamiento muy rítmico del piano. Se levanta el día.
«Aria»: Aquí encontramos un momento lírico y de reflexión. Muy expresivo, el clarinete emerge entre los bajos profundos del piano. Caída de la tarde.
«Rítmico»: La música parece transportarnos al interior de una máquina en la que la actividad mecánica genera un movimiento continuo. Estamos en plena actividad, el ritmo de la ciudad nos empuja inexorablemente.
«Caribeña»: Los ritmos caribeños y las progresiones propias de la música barroca se entrelazan armoniosamente en este movimiento en el que el clarinete parece bailar al son de la música sostenida por el piano. Luce un sol resplandeciente y, bajo unas palmeras, el ritmo preside la escena.
DOMÈNEC GONZÁLEZ DE LA RUBIA
PRELUDIOS DEL SILENCIO
Estos Preludios son la consecuencia de una profunda introspección hacia el silencio cartujano que empapa mi espíritu. Y tal vez la toma de conciencia de una realidad: la de que, lentamente, con paso leve, la etapa de nuestra humana existencia camina hacia el ocaso.
MARCEL OLM
«Su música destaca por la elegancia y la sobriedad y por su carácter intimista y armonioso».
Enciclopedia de la Música, Enciclopèdia Catalana, 2002
BALADA I RONDÓ
Tal y como indica su título, esta obra consta de dos partes claramente diferenciadas y en abierto contraste. La primera tiene carácter lírico y mantiene un ritmo de balanceo constante; fluye plácidamente, sin tensión. La segunda es extrovertida, mucho más enérgica y optimista.
Utilizando un lenguaje simple y convencional, pero sin concesiones a la tonalidad, el autor ha querido rendir aquí un homenaje a las piezas de solo para concierto (en este caso, el clarinete); se trata de un repertorio de larga tradición, con piezas de lucimiento, tal vez un poco banales, pero de gran efecto instrumental, en las que, por encima de pretensión expresiva de cualquier tipo, se dejan fluir tanto el gozo por la melodía como la alegría por la existencia. Existencia vital; existencia sonora.
JOSEP MARIA PLADEVALL
EL DESPATX DE SANT PERE
Hacia el año 2002, la melodía de esta obra me llegó mientras soñaba que entraba en el despacho de Sant Pere. La melodía me sonaba como si procediera del propio despacho, tocada por un instrumento muy dulce, entre clarinete y saxofón. Despierto ya, recordé que esa sonoridad la tiene Josep Fuster, colega mío en la OBC. Así pues, escribí esta melodía para clarinete con acompañamiento de piano y la dediqué al dúo Josep Fuster e Isabel Hernández. Más tarde, la incluí en mi cantata semirreligiosa La llista d’espera, para coro, piano, bajo y tenor solista. Le puse letra para que la cantara el tenor solista.
Desde niño, me gusta escribir. Una vez terminada la carrera de Violonchelo (con estudios también de piano y dirección) dispuse de más tiempo para componer (aparte de los recitales de violonchelo solista o en grupos de cámara). Tengo más de 400 obras escritas, para chelo, piano, casi todos los instrumentos de la orquesta sinfónica, así como para coro y orquesta de cuerdas. Algunas obras están publicadas y muchas se han interpretado. Entre los solistas que han tocado mis obras figuran Gidon Kremer, Ángel Jesús García, Francesc Teixidó, Josep Fuster, el Cuarteto Gaudí, el Trío Marshall y otros muchos, incluido yo mismo.
GHEORGHE MOTATU
EL LABERINT DE LA NIT
Partiendo de la convicción de que el cliché y el autorrepetición son los grandes peligros para el artista contemporáneo, mi música con el tiempo se ha ido diversificando al máximo en cuanto a paleta técnica y estilística. Del periodo más reciente de mi producción, destacaría algunas obras escritas en mayor o menor grado en un lenguaje pantonal. Elegía para violín y piano y Processó de Corpus para voz y órgano (sobre poemas de Jacint Verdaguer) son obras que pueden servir como ejemplo de este fondo tecnicoestilístico, a las que sin duda habría que añadir El laberint de la nit para clarinete y piano que ahora presento en este CD en una magnífica interpretación del clarinetista Josep Fuster e Isabel Hernández al piano.
La obra se estructura en una primera parte introductiva que, partiendo del silencio, se va abriendo paso lentamente, situando al oyente en un clima de misterio, calidez y sensualidad a través de armonías pantonales «suaves»; y una segunda parte en la que priman las relaciones cruzadas entre el clarinete y el piano, dando la sensación de haber entrado en un laberinto de difícil salida, gracias a la elaboración contrapuntística y una pantonalidad más «severa», que crea un clima inquietante y trepidante a la vez.
MIQUEL PARDO
CAPRICI BOREAL
Desde hace años y de forma periódica, la colaboración con el clarinetista Josep Fuster ha dado como resultado estrenos, interpretaciones y grabaciones de obras muy diversas con el clarinete como solista.
Como en otras composiciones dedicadas a Josep Fuster, quería que esta obra girase en torno a dos elementos básicos: el virtuosismo y la expresividad. Planteado en un solo movimiento, el Capricho contiene una breve melodía que aparece en varios momentos con la función de separar y al mismo tiempo dar continuidad a los distintos episodios. El título hace referencia al elemento aire. El clarinete va creando dibujos oscilantes entre los varios registros, aprovechando los cambios de color y creando contrastes de timbre, con la intención de transmitir una sensación de desplazamiento fluido a la vez que se yuxtaponen colores diferentes.
JESÚS RODRÍGUEZ PICÓ
EMIRAN
Dedicada a Emi Recasens
Esta composición, en lo que a su estructura formal se refiere, mantiene los cánones clásicos de lo que seria la forma Lied ternaria, pero no lo es en su aspecto tonal ya que no prevalece ninguna tonalidad, y su idea es más propia de la música atonal. Una sucesión de sonidos, alternando las teclas blancas del piano con las negras, es lo que da forma a la línea melódica de la primera frase de la pieza y va a marcar el estilo del discurso musical de la misma.
JUAN B. MESEGUER
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