jueves, 24 de noviembre de 2011

Quinteto para flauta,oboe,clarinete,fagot,trompa.Nielsen


Carl Nielsen: Quinteto de Viento en La mayor, Op... por jrtm
CARL NIELSEN (1865-1931): QUINTETO EN LA MAYOR OP. 43.

Esta obra es fundamental en el repertorio moderno del quinteto de vientos y la más famosa, dentro de lo que cabe, del concierto de hoy. Una obra que, además, debemos a una casualidad telefónica. Y es que, en una tarde de verano de 1921, Carl August Nielsen –el compositor más conocido de los nacidos en Dinamarca–, hablando por teléfono con un amigo, escuchó de fondo a unos músicos ensayando en su casa una obra para vientos de Mozart y en ese mismo instante le surgió el deseo de componer algo para aquellos ejecutantes, y esa obra, de unos veinticinco minutos de duración, concluida al año siguiente, es el Quinteto Op. 43 que, efectivamente, llegaron a estrenar aquellos músicos que Nielsen escuchó al otro lado de la línea telefónica y que eran los miembros del Quinteto de vientos de Copenhague.

Desde ese estreno en 1922 –primero, en casa de un banquero de Gotemburgo y, meses después, en concierto público–, el Quinteto de Nielsen se ha convertido en paradigma de su género dentro del ámbito escandinavo y compositores posteriores, como el sueco John Fernström o el noruego Johan Kvandal, han escrito otros siguiendo las líneas marcadas por éste.

Compuesto entre las Sinfonías Quinta y Sexta, el Quinteto es un descanso entre las fuerzas titánicas desencadenadas por una y los enigmas un tanto descarnados propuestos por la otra. Nielsen, como su contemporáneo Sibelius, demostró que se podían componer grandes obras sinfónicas sin seguir ni los caminos de la vanguardia atonal ni el neoclasicismo aséptico –más que aséptico, antibiótico– de Stravinsky. Sin embargo, en el presente Quinteto, tal vez esté Nielsen más cerca del músico ruso que en ninguna otra de sus obras, ya desde el mismo comienzo, que se abre con un solo de fagot, como La Consagración de la Primavera. Sin su asepsia antibiótica, el compositor danés nos ofrece superficies tersas, timbres claros, líneas definidas y, por si fuese poco, un minueto en el segundo tiempo y un tema con variaciones en el tercero, como si nos encontrásemos en una sonata de Mozart. Aun así, no debemos olvidar que nos hallamos ante el autor de las poderosas sinfonías Expansiva e Inextinguible (la Tercera y la Cuarta, respectivamente) y por ello, a pesar de esta estética neoclásica, la originalidad de las modulaciones y el rigor de unos desarrollos siempre progresivos son inequívocamente personales.

Los tres movimientos de la obra son: Allegro ben moderato, Menuet y Praeludium (Adagio) – Tema con variaciones.

Colaboración;
CARLOS DE MATESANZ.

1 comentario:

  1. vaya bobada de comentario... ¿este Sr. De Matesanz es músico o diletante? En fin...

    ResponderEliminar

Se puede escribir cualquier comentario,con total libertad, sólo no se publicarán los que contengan palabras obscenas, insultos, etc.Espero que os animéis a dar "vida" al blog con esta nueva configuración, que hará el blog más dinámico y ameno.
Gracias.