domingo, 6 de marzo de 2011

Thea King

Thea King nació en Hitchin (Inglaterra) el 26 de diciembre de 1925. Estudió clarinete en Londres con Frederick Thurston, con quien contraería breve matrimonio. Sin dejar de dedicarse a la enseñanza durante cuarenta y seis años, ocupó el puesto de clarinete solista en The London Mozart Players y la Orquesta Inglesa de Cámara. En 2001 la reina Isabel II le concedió el título de Dama del Imperio Británico. Murió en Londres el 29 de junio.
Después del piano y los de cuerda, el clarinete es hoy probablemente el instrumento de mayor presencia solista en las salas de conciertos. Y en ello han tenido mucho que ver personalidades como la de Thea King, la intérprete inglesa que hace unos días fallecía en Londres a los 81 años. Pudo haberse dedicado al piano, que es lo primero que comenzó a estudiar en Londres, en el Royal College of Music y la Guidhall School después.
Y fue en la reputada escuela de la City donde encontró a quien le haría decidirse, Frederick Thurston -Jack para los colegas-, su profesor primero y su marido después, aunque el matrimonio durara algo menos de un año debido a la enfermedad de él. Pero ese talento múltiple siempre le acompañaría, hasta el punto de que llegaría a grabar para la BBC las tres partes -clarinete, corno di basseto y piano- de la Pieza de concierto, op. 114, de Mendelssohn.
Thea King formaría con Gervase de Peyer -también alumno de Thurston- y Jack Brymer una especie de tripleta invencible de clarinetistas ingleses, capaces de rendir admirablemente tanto en orquestas como en la música de cámara o actuando como solistas.
King empezaría con la orquesta del teatro Sadler's Wells de Londres, que entonces dirigía con frecuencia Charles Mackerras, para pasar luego a ser una de las fundadoras, en 1953, del Portia Wind Ensemble, un grupo de cámara formado sólo por mujeres y en cuyo origen está una de sus obsesiones que fue también un rasgo de su carácter: el porqué de la escasez de aquéllas en las orquestas, un hecho que no le cabía en la cabeza y del que protestaba siempre que tenía ocasión. Entre 1955 y 1984, paralelamente al trabajo con las Portia, tocó con los London Mozart Players y en numerosas ocasiones con la Orquesta de Cámara Inglesa.
El repertorio de Thea King era amplísimo y de un alcance universal en lo cronológico y lo geográfico. Partiendo de la base de Mozart y Brahms se adentró en músicos casi olvidados pero de importante obra para el clarinete, como Crusell o Kremmer, y dedicó buena parte de su esfuerzo a la música británica del siglo XX, interpretando en las salas de conciertos o grabando obras de, entre otros, Benjamin Britten, Malcolm Arnold, Robert Simpson, Benjamin Frankel, Gordon Jacob Elizabeth Maconchy -estos tres últimos le dedicaron obras-, Robert Simpson y, sobre todo, Gerald Finzi, de cuyo muy hermoso Concierto para clarinete y orquesta de cuerdas realizaba una lectura magistral.
Desde sus inicios profesionales, y con el apoyo de Thurston, el ideal de King -que se cumplió plenamente- era aunar técnica y estilo, y sus colegas destacaron siempre la elegancia de su sonido inconfundible.
Su trabajo como profesora se ha materializado en nuevas generaciones de clarinetistas británicos, entre ellos Colin Bradbury, David Campbell o el gran Michael Collins.

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