A Borja lo conocí cuando yo era ya un hombre casi a punto de jubilarme y él era un "chavalín". El director de la banda de música que tocaba Borja, me pidió que fuera a tocar con ellos un concierto, que andaban regular de clarinetes y entre que era amigo y a mí no había que insistirme mucho, para colaborar en casos concretos como era el que nos ocupa, fui a ensayar un día y al concierto. Pues el día del concierto lo conocí. Estábamos esperando la hora para empezar, sentados en un sofá y empezamos a hablar.Bueno fui yo el que empezó, como casi siempre. Borja tocaba entonces con una boquilla alemana, que me dejó probar. Poco pude hacer con ella, por que sabéis que la embocadura es muy distinta. Le dije que no terminaba de gustarme y él con el desparpajo de un chaval que estaba enamorado de su boquilla y de su clarinete me dijo que su sonido con aquel material era el que a él le gustaba.Pero lo dijo no con orgullo pero sí, convencido totalmente de lo que expresaba. Pasaron muchos años y un día de forma casual, me enteré que Borja, vivía en mi pueblo, que está al lado del pueblo dónde habiamos coincidido tocando en la misma formación. Borja era ya un hombre, había terminado los estudios, y en el momento que le conocí estaba estudiando en Austria, con cretamente en Graz. Nos pusimos en contacto y más de una vez hemos estado juntos, hablando, tocando en un Grupo de Clarinetes, y sobre todo a través de Facebook.Fue un día a escucharle, tocaba un recital en la Universidad de Valencia. En principio se le notaba mucha sultura. Antes de empezar la audición, la presentó, sin que sus nervios aparentemente estuvieran minimamente alterados. Tocó muy bien. Me gustó mucho y así se lo hice saber por que además es lo suficientemente modesto, que antes de que se lo dijera me pidió mi opinión. Se notó que Borja estaba acostumbrado,muy acostumbrado a tocar recitales, a tocar delante de un juado en oposiciones, y naturalmente a que durante dos años se había estado formando en Austria. A pesar de la edad que nos separa, que es kilométrica,nos llevamos muy bien, lo que le agradezco mucho, porque no es la primera vez que manifiesto que a los "viejos" hay personas que no nos quieren tener demasiado cerca.Será que somos muy pesados.Seguro.
Os dejo, la historia que nos cuenta Borja de sus tres años en Austria, para que comparemos, y nos quedemos con lo que más nos guste. Yo indudablemente si fuera un chaval joven, haría todo lo posible para hacer lo que hizo Borja, y muchos otros chavales;marcharme a estudiar al extranjero,y no porque en España no tengamos buenos clarinetistas que son magnificos profesores, los hay, pero leer la historia de Borja y veréis porque os lo digo.
Historias de una historia.
Valencia, 2010,
Estudiaba en el Conservatorio Superior “Joaquín Rodrigo” de Valencia 3º curso y ese mismo
año se anunció la posibilidad de acceder a becas “Erasmus” para viajar a otros países
europeos para continuar los estudios, en mi caso, para acabar el superior o Bachelor como
se le llama fuera.
No lo dudé, hablé con el responsable de relaciones internacionales y comencé mi búsqueda
de destino. Hablé con el solista de la Orquesta de Valencia y me recomendó pedir como
destino Austria, José conocía al profesor y sabía que me admitiría cuando le mandara una
grabación de muestra. Así ocurrió y después de semanas de nervios llegó la confirmación.
Acabaría el superior en una universidad europea.
Al llegar a Graz me sentí como un Hobbit cuando sale de la comarca, ahí estábamos mi 1,72
de estatura, mi maleta, mis clarinetes y yo rodeados de gente que no bajaba de 1.80. Por
suerte Bertram, el profesor de Graz, me estaba esperando fuera del aeropuerto para llevarme
a casa de un amigo y hacerme la llegada más fácil.
Lo primero que me sorprendió fue la cercanía del profesor, todos los años antes de comenzar
el curso invita a una comida a todos los alumnos, fue muy divertido, yo no entendía nada de
alemán y ellos no sabían nada de español. Allí me enteré que para continuar estudiando en
la universidad tras el primer año debía tener el B2 de alemán, o en caso contrario no podría
seguir en la universidad, se me antojaba imposible aquel día.
Al principio del curso todo fué un caos, no tenía casa, no sabía las asignaturas que podía
cursar, no sabía con quién podía hablar y no sabía el idioma, pero en las situaciones más
difíciles te das cuenta que puedes encontrar amigos donde sea. Es increíble la seriedad
institucional que existe en otros países, oficinas, secretarias, trabajadores que su único fin es
facilitar la vida a los estudiantes.
Otra gran diferencia que encontré fue el respeto del pueblo hacia la figura del músico,
reconocen el esfuerzo y el arte, en las calles encontraba a gente tocando, pero esa gente
podía ser músicos de la ópera de Graz que al acabar sus ensayos, salían a la calle en grupos
de cámara a tocar para ganar un extra, símplemente lo que la gente quería dejar en los
estuches, y había gente profesional que vivía sólo de eso, y no es barato vivir allí...
Como en todos los sitios, en la universidad había gente muy buena estudiando, y también
muy mala, pero los buenos eran realmente buenos, compañeros que han aprobado plazas en
la sinfónica de Viena o en orquestas en Alemania y Suiza.
El nivel del profesorado en general fue muy alto, solistas de orquestas o pedagogos
reconocidos en toda Europa por su trabajo, aquí destacan nombres como Bertram Egger,
Gerald Pachinger (solista de la Sinfónica de Viena), Markus Schön (solista de la ópera de
Munich), Stephan Goerner (profesor en Zurich y Graz), Stephan Schilling (solista de la
Bayerische Rundfunk), etc.
Sin duda donde más cambio encontré fué en la clase de orquesta. Se preparan varios
encuentros de una semana de duración donde se preparan diferentes repertorios, desde
orquesta de vientos, grupos de cámara grandes u orquesta sinfónica. Los prepara un
profesor especialista en dirección, y dirigen los alumnos más aventajados, pero los últimos
días del encuentro un director de orquesta PROFESIONAL acude al encuentro para dirigir
medio programa mientras el otro medio lo hace un alumno de dirección de la universidad.
Esto hace tener un nivel muy alto a la orquesta y a los estudiantes de dirección.
El punto álgido llegó poco antes de navidad. La universidad invita a un profesor reconocido
para dar clases durante una semana a los mejores de cada profesor. En estos cursos he
podido dar clase con Mate Bekavak, Wenzel Fuchs, Reiner Wehle y Sabine Meyer, gratis.
Una experiencia inolvidable.
A las pocas semanas de empezar las clases, Bertram me dijo que quería seguir siendo mi
maestro después de aquel año y si yo quería, me guardaba una plaza para estudiar el
máster, atónito le dije que tenía que hablarlo con mis padres, porque estos estudios suelen
ser caros y no olvidaré la cara de Bertram riendo, yo no sabía aún la razón, pero riendo me
dijo que el máster costaba lo mismo que el Bachelor, 18€ al semestre, durante 2 años, 72€
costaba el máster. En Austria, todos los estudios los subvenciona el estado, a parte, gracias
a mis notas y cartas de recomendación, conseguí una beca de la universidad, que me
ayudaba con 300€ mensuales durante todo el último curso.
Tras 3 años en Austria y con un máster bajo el brazo emprendí el viaje de vuelta a casa, un
viaje difícil porque no sabía por donde seguir mi camino, sin un puesto de trabajo ni
perspectivas claras de conseguirlo. Por suerte encontré nuevos amigos en casa, amigos que
me aconsejaron nuevos profesores para conocer más música y descubrí que en España hay
más buenos músicos de los que me pensaba, el nivel de vientos en este país es
excepcional, sólo hay que mirar las orquestas y jóvenes orquestas europeas.
Es una pena ver este nivel y encontrar salas de conciertos vacías o cerradas, salas que
costaron mucho dinero y que hoy no sirven para nada. Por desgracia la cultura en nuestro
país no ocupa el primer lugar de las prioridades, pero no podemos culpar sólo a los políticos
de ello. Los artistas debemos buscar la manera de atraer a más público, de hacernos
destacar en mayor medida, buscar y crear nuevos proyectos, enseñar lo importante que es la
cultura para una sociedad evolucionada y respetable.
Feliz día a tod@s
Hola José Antonio.
ResponderEliminarNo es la primera vez que oigo que hay clarinetistas que utilizan boquilla alemana en clarinetes franceses. ¿sabes por curiosodad si sigue utilizando esta combinación? por la imagen diría que sí (por la abrazadera básicamente), y suena fantástico, y, si es así, ¿sabes que boquilla en particular utiliza?.
Muchas gracias.
Hola; Borja actualmente no toca con boquilla alemana. Toca con una Nik, pero con cañas de caña.Te lo digo por que existe la creencia que las boquillas Nik, se han fabricado para las cañas de fibra, y no es así,
EliminarTe puedo decir que yo que siempre he tocado con b 40,lira profil, hace unos meses me compré una b40D (d) y estoy muy satisfecho. He tenido que bajar a cañas del número 3, por que su apertura es de 119,mientras la b40 profil era de 117, pero de momento estoy muy contento de su sonido, flexibilidad y sobre todo afinación.
Saludos
Gracias por la respuesta! Otra pregunta, con la B40D sigues utilizando Legere Signature?
EliminarPues si ; soy un adicto a las Legere Signature, cómo muchos otros. Yo no tengo ya ni nguna responsabilidad artística, pero hay clarinetistas que sí la tienen, y con Legere tocan. Lo he comentado más de una vez. Estoy abonado a la Filarmónica de Berlin, via internet, puedo ver todos los conciertos en directo ( o los que ellos quierem que veamos) hay una videoteca de cientos de conciertos y el otro día escuchando no recuerdo que sinfonía, en un primer plano de Ottensamer, el solista, creo que es Daniel de nombre, tenia en la boquilla una Leger Signature, por lo menos tenía una caña de fibra.Lo que si puedo decirte que necesita un tiempo de adaptación y que no vayan excesivamente duras, porque en tal caso, carecen de armónicos, coloratura etc. Creo que lo que pasa con una caña digamos normal.No tengo comisión de Legere,,,jejejej,,,,
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