lunes, 5 de septiembre de 2016

El clasicismo desconocido del clarinete. Conciertos para clarinete del periodo clásico. Parte I

Luis Fernández Castelló, es un joven clarinetista, que sin duda,está entre los mejores de nuestro país. Imparte clases en un Conservatorio, graba CDs, dá recitales, y además escribe, investiga, y conoce el clarinete y su música muy a fondo.Fruto de ese trabajo podemos leer el artículo que Luis ha escrito en un prestigiosa revista musical, con el título de El clasicismo desconocido del Clarinete. Iré publicando el artículo por partes para poder incluir un vídeo de los autores mencionados por Luis. 

 Resumen: El periodo clásico, que comprende las últimas décadas del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, ha sido siempre monopolizado por las figuras de los grandes compositores Franz Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart. Si bien a mediados del siglo XVIII el clarinete inició su andadura como instrumento solista y numerosos compositores le dedicaron música, Mozart ensombreció a todos ellos con las partituras que le dedicó, especialmente con su concierto kv. 622. 

Este artículo pretende sacar a la luz multitud de música concertante para clarinete solista y orquesta de autores menos difundidos e incluso desconocidos tanto para el público general como para los mismos clarinetistas. 

El Concierto para clarinete en la mayor kv. 622, escrito por Wolfgang Amadeus Mozart en 1791 pocas semanas antes de su muerte, marcó un antes y un después en la música para clarinete solista. Considerado como uno de los grandes conciertos para instrumento solista y orquesta de la historia de la música, pocos compositores más se han aproximado a este instrumento de forma tan perfecta como lo hiciera Mozart, salvo excepciones como Carl Maria von Weber, Robert Schumann, Johannes Brahms o Claude Debussy. Durante el Clasicismo numerosos compositores de menor categoría musical de la de Mozart o Franz Joseph Haydn que, debido al filtro de la historia han pasado a un segundo plano o incluso han sido olvidados, compusieron mucha música destinada a este reciente instrumento desarrollado a partir de su ancestro el chalumeau y que pronto entraría a formar parte como miembro permanente de la orquesta que hoy en día conocemos. Se trata de una lista extensa de compositores cuyos nombres hoy nos pueden resultar extraños pero que nos pueden permitir comprender cómo fue el desarrollo del periodo clásico de finales del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, más allá de la síntesis habitual en Mozart y Haydn. Las características comunes de muchos de estos compositores son un lenguaje armónico claro y sencillo y unas estructuras formales equilibradas en las que la forma sonata (entendida en su esquema tradicional de exposición, desarrollo y reexposición) se consolidó como la principal forma de concepción compositiva de este periodo. 
Muchos de ellos desarrollaron su actividad musical en la Europa central conocida como Bohemia y, a pesar de que muchos de ellos procedían de lugares dispares, adaptaron sus nombres a la fonética típica de la zona. También fueron especialmente famosas la ciudad de Mannheim como centro musical por excelencia donde la escuela que lleva su nombre fue una de las más importantes de Europa; o París y sus Concerts Spirituels que permitieron mostrar a los más destacados virtuosos de la época. A continuación y de forma alfabética procedemos a dar a conocer a estos compositores que, obviamente, no son todos pero sí una muestra muy extensa de los mismos y que estudios venideros probablemente hagan aumentarla. Se trata de breves pero interesantes y esclarecedores comentarios que darán luz a interesantes figuras del Clasicismo. Cómo se señala en diversos documentos, los viajes del italiano Giuseppe Acerbi (1773-1846) fueron una fuente de inspiración muy grande para sus composiciones musicales. Acerbi compuso un Concierto para clarinete y orquesta el año 1799, justo cuando se encontraba de viaje por el norte de Europa, concretamente en Finlandia, de ahí que el concierto esté basado en un tema popular finlandés, cultura por la que sintió una especial predilección y de la que recopiló gran cantidad de melodías, convirtiéndose en uno de los precursores de la etnomusicología.
 Muy pocos datos podemos aportar de los dos siguientes compositores. El primero de ellos, apellidado Albesby (ca. 1730-ca. 1795) fue un clarinetista y compositor francés del siglo XVIII que escribió varios conciertos para clarinete de los cuales sólo tenemos noticias del primero de ellos publicado por Sieber en París según palabras del compositor y musicólogo belga François-Joseph Fétis. El otro es Anhert (ca. 1750- ca. 1810) del que sólo hemos encontrado referencias acerca de su Concierto para clarinete, fagot y orquesta que fue editado por Breitkopf & Härtel en el año 1785. 
Tanto como podemos saber acerca de Johann Christian Bach (1735-1782) no escribió ningún concierto para clarinete solista, sino que lo empleó en la Sinfonia Concertante para flauta, dos clarinetes, fagot, dos trompas y orquesta en Mib M. La obra está concebida para un concertino insólito (en escasas ocasiones volvemos a encontrar esta formación) y en esta concertante compensa las deficiencias técnicas del instrumento de aquella época otorgando al resto de instrumentos solistas una mayor complejidad de escritura instrumental y no permitiendo al clarinete desarrollar solos excesivamente largos y comprometidos. 

 Johann Georg Backofen (1768-1830) fue un compositor y virtuoso del clarinete alemán que en 1780 su familia se instaló en Núremberg. Aunque escribió varias obras concertantes destinadas a la trompa y al arpa, de cuyos instrumentos era también intérprete, lo que principalmente nos ha quedado de su catálogo son sus conciertos para clarinete: el Concierto para clarinete y orquesta en Sib M Op. 3, la Sinfonia Concertante para dos clarinetes y orquesta en La M Op. 10, el Concierto para clarinete y orquesta en Mib M Op. 16 y el Concierto para clarinete y orquesta en Mib M Op. 24. Fueron escritos todos entre 1796 y 1816 para su propio uso, para su hermano o para el Barón East Elbe Reibnitz (el Op. 24 tiene la siguiente inscripción en la portada: “Concerto pour la Clarinette avec l´accompagnement de grand orchestre dédié a Monsieur le Baron de Reibnitz”), en una época en la que Carl Maria von Weber y Louis Spohr estaban componiendo sus novedosas y virtuosísticas piezas. Son obras de corte clásico al estilo de las de Pleyel, Hoffmeister, Rosetti, Solère, Cartellieri o Kozeluch, y precursoras del estilo prerromántico. El Concierto Op. 3 presenta la curiosidad de titular su tercer movimiento como Rondó alla spagnola.  
Gracias a Luis por su trabajo y además por compartirlo.Feliz día a todas/os

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