Thea King nació en Hitchin (Inglaterra) el 26 de diciembre de 1925. Estudió clarinete en Londres con Frederick Thurston, con quien contraería breve matrimonio. Sin dejar de dedicarse a la enseñanza durante cuarenta y seis años, ocupó el puesto de clarinete solista en The London Mozart Players y la Orquesta Inglesa de Cámara. En 2001 la reina Isabel II le concedió el título de Dama del Imperio Británico. Murió en Londres el 29 de junio.
Después del piano y los de cuerda, el clarinete es hoy probablemente el instrumento de mayor presencia solista en las salas de conciertos. Y en ello han tenido mucho que ver personalidades como la de Thea King, la intérprete inglesa que hace unos días fallecía en Londres a los 81 años. Pudo haberse dedicado al piano, que es lo primero que comenzó a estudiar en Londres, en el Royal College of Music y la Guidhall School después.
Y fue en la reputada escuela de la City donde encontró a quien le haría decidirse, Frederick Thurston -Jack para los colegas-, su profesor primero y su marido después, aunque el matrimonio durara algo menos de un año debido a la enfermedad de él. Pero ese talento múltiple siempre le acompañaría, hasta el punto de que llegaría a grabar para la BBC las tres partes -clarinete, corno di basseto y piano- de la Pieza de concierto, op. 114, de Mendelssohn.
Thea King formaría con Gervase de Peyer -también alumno de Thurston- y Jack Brymer una especie de tripleta invencible de clarinetistas ingleses, capaces de rendir admirablemente tanto en orquestas como en la música de cámara o actuando como solistas.
King empezaría con la orquesta del teatro Sadler's Wells de Londres, que entonces dirigía con frecuencia Charles Mackerras, para pasar luego a ser una de las fundadoras, en 1953, del Portia Wind Ensemble, un grupo de cámara formado sólo por mujeres y en cuyo origen está una de sus obsesiones que fue también un rasgo de su carácter: el porqué de la escasez de aquéllas en las orquestas, un hecho que no le cabía en la cabeza y del que protestaba siempre que tenía ocasión. Entre 1955 y 1984, paralelamente al trabajo con las Portia, tocó con los London Mozart Players y en numerosas ocasiones con la Orquesta de Cámara Inglesa.
El repertorio de Thea King era amplísimo y de un alcance universal en lo cronológico y lo geográfico. Partiendo de la base de Mozart y Brahms se adentró en músicos casi olvidados pero de importante obra para el clarinete, como Crusell o Kremmer, y dedicó buena parte de su esfuerzo a la música británica del siglo XX, interpretando en las salas de conciertos o grabando obras de, entre otros, Benjamin Britten, Malcolm Arnold, Robert Simpson, Benjamin Frankel, Gordon Jacob Elizabeth Maconchy -estos tres últimos le dedicaron obras-, Robert Simpson y, sobre todo, Gerald Finzi, de cuyo muy hermoso Concierto para clarinete y orquesta de cuerdas realizaba una lectura magistral.
Desde sus inicios profesionales, y con el apoyo de Thurston, el ideal de King -que se cumplió plenamente- era aunar técnica y estilo, y sus colegas destacaron siempre la elegancia de su sonido inconfundible.
Su trabajo como profesora se ha materializado en nuevas generaciones de clarinetistas británicos, entre ellos Colin Bradbury, David Campbell o el gran Michael Collins.
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