Una audición de orquesta desde dentro: qué sienten los músicos, qué buscan los tribunales
Artículo muy interesante, publicado en la revista Gran Pausa. No dejar de leerlo, por que describe de forma muy real, las situacione por las que pasa un opositor, sus miedos, sus nervios , sus ilusiones y esperanzas, y también que"busca" un tribunal en un opositor.Muy recomendable.
sábado, 30 de septiembre de 2017
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Quatuor Anches Hantées
Una grata sorpresa ha sido encontrar este fantástico cuarteto de clarinetes.Después de escucharles en varios vídeos que tienen en Youtube, he llegado a la conclusión de que con Vienna Clarinet Connection, son los dos mejores cuartetos de clarinetes de todos los que he escuchado.
Estilos diferentes , quizá por aquello de las "escuelas",pero según mi criterio están a una gran altura los dos, que por cierto en el caso del Quatuor Anches Hantées,se dedican exclusivamente como intérpretes, a realizar audiciones en las salas más dispares, viviendo exclusivamente de las mencionadas audiciones.
Quatuor Anches Hantées
Danse espagnole n° 2 - Danza española nº2 - Spanish dance n°2 - La Vida Breve - Manuel De Falla Candide Overture by Leonard Bernstein- Quatuor de Clarinettes Anches Hantées
Quatuor de Clarinettes Anches Hantées
Compuesto por Élise Marre ( primer premio de la Haute Ecole de musique de Ginebra en 2006), Nicolas Châtelain (primer premio CNSMDP en 2007), Romain Millaud (primer premio CNSMDP en 2010) y Bertrand Hainaut en 2007), este cuarteto de clarinetes participa en numerosos festivales y actuaciones en varias salas, incluida la Casa de Radio Francia, como parte del espectáculo Génération jeunes interprètes de Gaëlle le Gallic transmitido por France Musique .
"Para apreciar a estos artistas a su verdadero valor, no hay necesidad de cantar alabanzas: una abundancia de sellos, una demanda artística impecable para la mayor felicidad de nuestros oídos encantados"
- Pascal Moraguès , concertista y clarinete solo de la Orquesta de París
Es regularmente programado en las ondas de France Musique y France Inter, lo que le valió ganar el Coup
domingo, 24 de septiembre de 2017
Maslanka: Concerto for clarinet and wind ensemble
David Maslanka (q.e.p.d.)
David Maslanka (New Bedford, Massachusetts, Estados Unidos, 30 de agosto de 1943- 6 de agosto de 2017)
Músico y compositor estadounidense que escribió para una variedad de géneros, incluyendo obras para coro, banda de música, música de cámara y orquesta sinfónica. Falleció por un cáncer de colon.
Conocido por sus composiciones para bandas de música, Maslanka ha publicado cerca de 100 piezas, entre ellas nueve sinfonías, siete de ellas para banda, nueve conciertos y una misa. El estilo compositivo de Maslanka es rítmicamente intenso y complejo, pero también muy tonal y melódicamente orientado. Las composiciones de Maslanka se han interpretado en todo Estados Unidos y Europa, así como Australia, Canadá y Japón.
Obras
Muchas de las composiciones de Maslanka para viento y percusión han pasado al repertorio de diversas bandas.
Entre estas piezas están A Child's Garden of Dreams, Rollo Takes a Walk, y numerosos conciertos que ofrecen una amplia variedad de instrumentos solistas, entre ellos el bombardino, la flauta, el piano, la marimba, el saxofón alto y el trombón.
La segunda y la cuarta sinfonías de Maslanka se han convertido en obras para viento particularmente populares. Entre sus obras para percusión están Montana Music: Three Dances for Percussion, Variations of 'Lost Love', My Lady White, Arcadia II: Concerto for Marimba and Percussion Ensemble, and Crown of Thorns. Maslanka también escribió una misa completa para coro completo, soprano y barítono, con acompañamiento por una completa banda sinfónica. Después de haber pasado su infancia en la zona de Nueva Inglaterra, una serie de composiciones de Maslanka fueron influenciadas por su estrecha relación con el mar. Sea Dreams, por ejemplo, así como el segundo movimiento de su segunda sinfonía, poseen referencias de grandes extensiones de agua. Las obras de Maslanka se han grabado y producido principalmente por Albany Records, así como Cambria Records, entre otros. La mayor parte de su música ha sido publicada por Carl Fischer.
miércoles, 20 de septiembre de 2017
Los "piteros" de Cantabria.
Hace un par de años, publiqué un pequeño artículo que encontré sobre los "piteros de Cantabria". Lo publiqué porque me sorprendió que los piteros de Cantabria,pudieran tener alguna relación con nuestro instrumento.Y no es que tienen alguna relación sino que son músicos no profesionales que tocan el Requinto, o clarinete en Mi b, que en Cantabria le llaman "el Pitu".
"El pitu" en Cantabria es un instrumento tradicional de aquellas maravillosas tierras, que a saber por qué adoptaron cómo instrumento típico.
Ser pitero en Cantabria es cómo ser Gaitero en Galicia o dulzainero en la mayoría de las Communidade españolas.
Con el Requinto los "piteros" amenizan bailes, fiestas, bodas,etc.Son los "piteros" personas de alta consideración en Cantabria, pues de ellos y de sus "pitus" (Requintos) dependen la diversión de la mayoria de las fiestas de los pueblos de la tierra.Se me ha ocurrido, buscar algunos vídeos dónde podéis ver y escuchar piteros y piteras, amenizando todos los eventos que menciono anteriormente.
Requinto o "pitu", el sexto de arriba abajo y de izquierda a derecha.
Clicar para ampliar.
LOS PITEROS.
Artículo de Paco San José; fuente;http://treujenngaol.over-blog.net/article-1394922.html
Bernardino Blanco
ha sido músico profesional, clarinetista y un buen pitero, y ha dejado
grabaciones de música popular de mucha calidad. Sin embargo cuando tenía
más de 80 años se publico en el Centro de Estudios Montañeses un
artículo suyo sobre los piteros, con muchos errores y muy graves. El
primero es que en su artículo él mismo no se incluye como pitero y habla
de ellos como alguien que lo analiza desde fuera. Analiza en ese
artículo únicamente de lo que ha conocido, es decir entre 1950 y 1980
aproximadamente, dejando fuera todo lo anterior y los últimos 25 años,
donde las escuelas de folklore han revolucionado la música popular. Un
resumen de los demás errores sería lo siguiente:
Los
piteros de requinto o clarinete mi bemol no son los únicos
instrumentistas para animación de fiestas en Cantabria, dependiendo de
las zonas de la región además del requinto había clarinete en si bemol,
gaitas, dulzainas y flauta de tres agujeros, y más antiguamente
violines. El clarinete era un 60% mi b, un 30% si b y un 10% otras
afinaciones. Actualmente y desde 1980 todos los piteros usan requinto en
mi bemol.
Los
piteros no son solo de pueblo, ha existido una expresión rural de los
piteros más famosa para los no
domingo, 17 de septiembre de 2017
"LOCURA" Obra para clarinete sólo
Antonio Jesús Arias Domínguez, es el compositor de "Locura" para clarinete solo. Me imagino que también es el intérprete, pero no puedo asegurarlo.
Siempre es grato para mí poder publicar nuevas composiciones para clarinete de autores actuales.
Locura a pesar del título y de ser una obra contempóranea, no es lo que solemos llamar "música rara" . Al principio cuatro o cinco multifónicos, la parte central, con largos intervalos, y un final con unos efectos de eco, muy interesantes. También en algunos momentos suenan dos clarinetes superpuestos que imagino, está grabado por separado y después mezclado en algún programa de audio.
LOCURA.
ANTONIO JESÚS ARIAS DOMÍNGUEZ
Natural
de Bollullos par del Condado, comenzó sus estudios musicales con la
edad de 9 años, en el Conservatorio Elemental de música de Bollullos par
del Condado. Con 13 años se traslada al Conservatorio Profesional de
música de Huelva en el cuál durante tres años continuó sus estudios de
grado medio con el profesor Sergio Jiménez Arias, obteniendo Mención de
Honor. Más tarde se traslada al Conservatorio Superior de Música "Manuel
Castillo" de Sevilla donde terminará la carrera de clarinete en 2003.
En
el registro de cámara a pertenecido a diferentes grupos como, el
ensemble de clarinetes del Conservatorio profesional
miércoles, 13 de septiembre de 2017
Cecilia Serra Bargalló.CV/Entrevista.
Cecilia
A Cecilia Serra Bargalló, la conocí cómo a varios clarinetistas más en la “cafetería” Facebook.
Las redes sociales es la forma actual de conocer a muchas personas, aunque a decir verdad, tienes que filtrar las peticiones de amistad que te llegan, o tener claro a que personas pides su amistad. Con Cecilia fue muy fácil, porque tenemos amigos comunes que sí conocemos personalmente y que también comparten el café diario en Facebook.
Las publicaciones de Cecilia eran todas ellas muy interesantes. Nada de lo que ha comido, ni dónde está, ni selfis, recetas de cocina y ,mucho menos ningún ápice de ego. Todo lo contrario. Publicaciones interesantísimas, casi todas ellas relacionadas con la música en general y con el clarinete en particular. Publicaciones de las que se aprende. Técnicas de estudio, respiración, y un sinfin de temas relacionadas con la pedagogía del clarinete. Sin duda había que “hacerse” amigo de Cecilia y así es desde hace ya un par de años aproximadamente.
Agradezco a Cecilia que accediera a contestar unas preguntas, y nos informara de quien es , dónde estudió, a que se dedica, etc.
Que no se me olvide recomendaros sus blogs. Son muy buenos, yo diría que destacan sobre todos los que conozco dedicados especialmente a la pedagogía del clarinete, y dónde ella sí que realiza unas charlas con clarinetistas jóvenes que son un ejemplo.
Gracias Cecilia.
Sobre Cecilia.
Nací en Reus (Tarragona) y tuve mi primer contacto con la música en el ambiente familiar. Mi padre, Pere Serra, fue profesor de piano y lenguaje musical y mi madre, Mª Isabel Bargalló, profesora de guitarra e historia de la música, ambos en el Conservatorio Profesional de Música de la Diputación de Tarragona.
Inicié los estudios oficiales en el Conservatorio Profesional de Música de la Diputación de Tarragona: piano con mi padre, clarinete con Eleuteri Sanchis y canto con Mª Teresa Català. De esta etapa destacan el Premio Extraordinario de Grado Elemental de clarinete y la Mención Honorífica de Grado Elemental de piano, así como el Premio Extraordinario de Grado Medio de clarinete.
Titulada Superior de clarinete por el Conservatorio Superior Municipal de Barcelona (modalidad libre), cursé mis estudios en Valencia con José V. Herrera (clarinete solista de la Orquesta de Valencia). De 1996 a 1998 estudié clarinete con Josep Fuster (ayuda de solista y clar. en mib de la Orquesta Ciudad de Barcelona) en Barcelona. Durante esta época también estudié piano con Carme Flexas y repertorio de clarinete con el pianista Jorge Romero.
En 1998 ingreso en la Universität für Musik und darstellende Kunst de Viena donde estudié clarinete-concertismo con el profesor Horst Hajek (Filarmónica de Viena) hasta 2002, obteniendo el Primer Diploma de Concertista “con Distinción” en 2001. También estudié piano con Eveline Heinisch, repertorio de clarinete con Maria Prinz y música de cámara con diversos profesores (Volker Altmann, Stepan Turnovsky, Gottfried Pokorny, Teresa Leopold y Marialena Fernandes). En 2001 obtuve el Diploma en lengua alemana “Mittelstufe C1” (Viena) y el Título de Profesor de Piano (CSMM Barcelona).
Durante mis estudios me fueron otorgadas becas de “Agrupació Mútua” (1999), la Generalitat de Catalunya (2001) e “Ibercaja” (2003).
Desde los 10 años he participado activamente en cursos de perfeccionamiento con Juli Panyella, Vicente Peñarrocha, Alfred Prinz (en la Academia de verano del Mozarteum-Salzburg, de 1993 hasta 1996 y 1998, participando en conciertos públicos -Wiener Saal y Leopold Mozart-Saal- y estrenando “Metamorphosen” del compositor francés P. Thilloy, junto al profesor de composición A. Müllenbach), Wolfgang Meyer, Walther Seyfahrt, Justo Sanz y Sabine Meyer, entre otros. En 1999 me invitan a participar en el “Attergauer Orchester Institut” (Salzburg; Sir N. Marriner, R. Weikert) con el patrocinio de la Orquesta Filarmónica de Viena.
He tocado en recitales con los pianistas Jorge Romero, Maria Prinz, Alan Branch, Miguel Huertas, Jorge Blasco y Gabriel Jiménez. En el campo de la música de cámara he actuado en conciertos con diferentes formaciones en Austria, Alemania, España, México y EEUU. Fuí miembro de la “Orquesta Transversal de Catalunya”, reserva de la “Orquesta Juvenil Iberoamericana” (1997) y colaboré con la “Orquesta Sinfónica Europea” (con quien interpreté como solista el Concierto para clarinete y orquesta de W. A. Mozart bajo la dirección de Cristian Florea), la “Orquesta de cámara de Moldavia” y la orquesta de la Fundación “José Luís Moreno” (2005). He grabado para RTVE y ORF.
He sido profesora de clarinete en “L’estudi de Música” (Tarragona), “Musicaeduca” (Alcalá de Henares), Escuela Municipal “Raimundo Truchado” en Ciempozuelos, así como en los Conservatorios Profesionales de Segovia, Ávila, Salamanca, “Teresa Berganza” (Madrid), Alcalá de Henares, “Federico Moreno Torroba” (Madrid) y “Amaniel” (Madrid).
Desde 2006 imparto un “Curso de respiración para músicos“. He tenido la oportunidad de presentarlo en los Conservatorios Profesionales de Tarragona, Reus, Ávila, A Coruña, Lugo, Madrid (“Teresa Berganza”, “Adolfo Salazar”), Palencia, Tortosa, La Vall d’Uxó y Segovia, en el CEPSA “Oriol Martorell” de Barcelona, en las Escuelas Municipales de Música de Cambrils, Flix, Torredembarra y Hospitalet de l’Infant (Tarragona), en las Escuelas de Música “Afinarte”, “Progresión armónica” y “Musicaeduca” (Madrid), y en la Escuela de Altos Estudios Musicales de Santiago de Compostela.
Afincada en Madrid desde 2003, proseguí los estudios de clarinete con Miguel Espejo (clarinete solista RTVE), de música de cámara con Esperanza Aldana y de canto con Linda Mirabal y Nelson Toledo.
Soy Graduada Superior en Estudios Alemanes por la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona (2006) con Premio Extraordinario Final de Carrera.
Soy profesora de clarinete en la escuela de música “Afinarte” en Madrid.
Entrevista.-
¿Dónde naciste, Cecilia?
Nací en Reus, en la provincia de Tarragona, aunque mi familia residía por aquel entonces en Vila-seca de Solcina, a pocos kilómetros de allí. Mi madre quería sí o sí que mi hermana y yo naciéramos en Reus... jajajaja!!!!
He leído tu CV y en él dice que tu primer contacto con la música lo tuviste en tu propio hogar; así pues, ¿tus padres eran músicos? ¿Crees que decidiste ser músico por ese motivo?
Sí, mi padre era profesor de piano y mi madre de guitarra, ambos en el Conservatorio Profesional de Música de Tarragona. Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas, también daban algunas clases particulares en casa y mi madre dirigía el coro del colegio, donde también cantamos. Nuestra casa estaba llena de instrumentos: pianos, guitarras, violines (mi madre también había estudiado piano y violín, además de la formación como directora de coro)... también una flauta travesera, que fue el instrumento que escogió mi hermana; también había muchísimas partituras, discos y libros sobre música, era algo normal en el día a día de la familia. De parte de los abuelos maternos también había antecedentes musicales.
Después de tus primeras lecciones en casa, seguro que pasarías a estudiar en algún Conservatorio. ¿Fue en el de tu ciudad, donde tus padres ejercían de profesores?
Sí, fue en el Conservatorio Profesional de Música de la Diputación de Tarragona. En casa había empezado a aprender guitarra con mi madre. Llegada la edad "reglamentaria", fue natural pasar a los estudios del Conservatorio, donde yo elegí el piano, pasando entonces a estudiar "oficialmente" con mi padre. Un año más tarde, durante una audición, escuché a un par de compañeros tocar un dúo de Mozart con el clarinete y me encantó, así que al curso siguiente, empecé a estudiar paralelamente los dos instrumentos.
Después de terminar en el Conservatorio Profesional de Tarragona hiciste el Grado Superior. ¿En qué conservatorio?
Por aquel entonces (al pasar de grado) yo ya estudiaba privadamente con José V. Herrera en Valencia. Asistía a sus clases cada 15 días aproximadamente, complementando las clases oficiales del conservatorio. El Título lo conseguí en el Conservatorio Municipal Superior de Barcelona, pidiendo un permiso especial para cursar oficialmente sólo las asignaturas complementarias y haciendo el instrumento por libre, por lo que puede decirse que, aunque la titulación fuera del Conservatorio Municipal Superior de Barcelona, mi profesor en esa etapa fue José V. Herrera.
¿Ampliaste estudios en España después de titularte? ¿Con qué profesor?
Acabado el Grado Superior, empezó una etapa a priori algo inestable, pues no me podía permitir seguir viajando con asiduidad a Valencia y no sabía qué hacer. Ya me había cambiado dos años antes al sistema alemán y tenía el prejuicio de que nadie en Barcelona querría darme clases... hasta que un compañero clarinetista, Mateu Ferré, me recomendó que visitara a su profesor, Josep Fuster.
Con muchísimo miedo e inseguridad le llamé y concerté una primera clase: se me abrió un mundo. Se desvanecieron mis prejuicios. Comenzaba una nueva etapa, corta pero muy productiva. Con Josep Fuster aprendí mucho, revisando todo desde la base de una manera sencilla y cercana. Aprendí sobre la base técnica y musical que llevaba de José V. Herrera. Este cambio me permitió prepararme para el acceso a la Universidad de Música de Viena, que era un sueño que empezó en la adolescencia con Herrera y que se hizo realidad. Apoyada por las clases de Fuster, me preparé por mi cuenta, me inscribí a las pruebas de acceso y ¡las pasé!
Estudiaste piano y repertorio de clarinete... O sea, tu formación fue muy completa. El tener unos padres profesores de música, supongo que te facilitaría, por sus consejos, esa intensa formación. ¿Es así?
Efectivamente, ellos siempre me animaron a seguir con el piano y me proporcionaron algo impagable y que en mi época, o bien no existía o se hacía "con cuentagotas" en el conservatorio: tener un pianista acompañante. Mi profesora de piano, después de mi padre, fue Carme Flexas, alumna de la prestigiosa Academia Marshall de Barcelona y de Guido Agosti en Italia, y una pedagoga extraordinaria. Mi pianista repertorista "personal" fue Jorge Romero, que a su vez era pianista repertorista de la Escuela de Ópera de Barcelona, junto al barítono polaco Jerzy Artisz, de la mano de quien, casualmente "entre clase y clase", recibí las primeras nociones de anatomía de la respiración, empezando a encontrar respuestas a muchas de las preguntas que me hacía sobre el tema. El tener esas tres perspectivas de la música, clarinete, piano y repertorio, ha sido de lo más enriquecedor y sólo puedo agradecérselo a mis padres, que me orientaron con mucho acierto.
Te trasladas a Austria a ampliar estudios con profesores de mucho prestigio. ¿Puedes comentarnos cuál es tu experiencia de aquellos años y si no te importa la diferencia más notable con respecto a los que habías realizado en España?
Pues sí, después de la etapa con Fuster en Barcelona, me presento a las pruebas de acceso de la Universidad de Música de Viena (Escuela Superior por aquel entonces) y entro a la clase del profesor de clarinete Horst Hajek (solista de la orquesta Filarmónica de Viena), que falleció tristemente por enfermedad en 2013...
El ritmo de aprendizaje era muy fuerte: dos clases de clarinete individuales a la semana, más orquesta, música de cámara, repertorio con piano... en fin, las asignaturas que cada cual creía conveniente cursar, ya que era un poco como el sistema "antiguo" del conservatorio: no había un itinerario rígido, sino que se podían escoger las asignaturas flexiblemente.
La diferencia básica entre estos estudios y los de España, según creo, radica en la flexibilidad. No había obligatoriedad o rigidez. Los estudios tenían un número de créditos que cada cual cursaba a su ritmo. Había compañeros de nivel altísimo que daban ya conciertos internacionalmente y, cuando tenían un hueco en la agenda, hacían sus exámenes. El título era como "un honor", no algo sin lo cual uno "no era nada". En España necesitamos el título para todo. Allí se necesitaba la profesionalidad, la solvencia, el talento... el título venía luego.
He leído que estudiaste repertorio de clarinete con María Prinz. Si no estoy equivocado, Maria Prinz era la esposa en aquella época del eminente clarinetista Alfred Prinz (q.e.p.d.). Debió de ser una gran profesora, ¿me equivoco?
No te equivocas en absoluto. María Prinz dominaba (y domina, porque todavía es profesora de repertorio en la Universidad de Música de Viena) todo el repertorio para clarinete y, es más, ¡sabía tanto del instrumento como cualquier profesor de clarinete! Sólo le faltaba tocarlo.
Te puedo contar que tuve una época de mucha carga lectiva en Viena y no me di cuenta de que mi embocadura "decaía", se me arrugaba la barbilla... pero tenía tanto que hacer, que ni me daba cuenta... Gracias a ella, aprendí a ser consciente de este fallo técnico y de las nefastas consecuencias que tenía sobre la calidad del sonido, la afinación, etc. Fue ella y no un profesor de clarinete quien me hizo dar cuenta de esto, y lo que ha hecho que le preste especial atención a la hora de enseñar.
Hiciste cursos de perfeccionamiento con varios profesores, todos ellos de enorme prestigio. Sin duda, aprendiste de todos ellos, pero seguro que hay uno que dejó en ti un mejor recuerdo tanto musical como humano. ¿Puedes citarnos cuál de todos ellos fue, si es que ocurrió así?
La verdad es que podría decirte cosas de todos y cada uno. Mis padres, en cuanto que músicos, sabían la importancia de asistir a estos cursos "de perfeccionamiento", que visité desde muy pronto.
El primero fue con Juli Panyella, yo estaba en grado elemental. De él me hice consciente de que tenía "gracia" para el clarinete y conocí un montonazo de repertorio que todavía conservo y estudio. Luego con Ricard Peraire, de quien empecé a aprender la importancia de la conciencia corporal, la relajación... Después hice mis primeros cursos con José V. Herrera, que desembocaron en que me convirtiera en su alumna: música, música y música fue lo que aprendí y sigo aprendiendo con él; sin hablar del tema de las cañas, del cual es indiscutiblemente uno de los pioneros en nuestro país. También por esa época visité una clase magistral de Vicente Peñarrocha, de quien aprendí el concepto y los primeros rudimentos del apoyo abdominal.
De la mano de Herrera pasé a asistir a los cursos de verano del Mozarteum en Salzburg, donde asistí 5 años al curso de Alfred Prinz y un año al curso de Alois Brandhofer. Sin duda esos cursos fueron lo que me convencieron de intentar estudiar en Viena. Quizá la enseñanza que recibí en ellos de clarinete fue más musical que otra cosa. Los temas "técnicos" se trataban "de pasada" o se daban "por sabidos". Por supuesto que se hablaba de técnica, pero no se paraba uno en ello, sino que inmediatamente se pasaba a qué se podía hacer musicalmente con ello. Si lo tenías, bueno; si no, había que buscar.
Ya de vuelta de Viena conocí a Wolfgang Meyer; yo tenía todavía algún problemilla con la emisión de notas agudas y él me lo resolvió. Con Walther Seyfahrt (Filarmónica de Berlín) me sentí muy a gusto por la confianza que me brindó. En esa época, por motivos personales, quería afincarme en Madrid y contacté en un curso con Miguel Espejo, para tener alguien con quien estudiar allí. Me gustó mucho cómo trabajaba y le pedí ser su alumna, empezando una época también muy interesante. Espejo me dio muchísima confianza en mí misma y me ayudó a adquirir seguridad en lo que yo quería hacer y en cómo hacerlo.
Los últimos cursos de clarinete a los que asistí fueron con Justo Sanz (clarinete histórico), para el que sólo tengo palabras de elogio, y con Sabine Meyer en Orihuela, donde tuve la ocasión de colaborar como intérprete de alemán-español y participar en el concierto de alumnos.
Has colaborado con varias orquestas sinfónicas, entre ellas la “Orquesta Sinfónica Europea” con la que tocaste el concierto de Mozart de solista. Debió ser una experiencia fantástica. Me gustaría que nos contases qué sentiste al encontrarte delante de una orquesta como la Sinfónica Europea, interpretando nada menos que el concierto para clarinete de Mozart.
Fueron un cúmulo de coincidencias que yo tocara con ellos. Su director, Cristian Florea, gran músico, violoncelista y director de orquesta rumano, trabajaba entonces en el conservatorio de Tarragona. Tenían una gira, creo que por Italia, con el concierto de Mozart, y querían "rodarlo" en España. Tuve la oportunidad de tocarlo completo con ellos dos veces, y luego el segundo movimiento en gira por España (terminamos en el Teatro Monumental de Madrid), integrado en el repertorio de la gira.
Lo primero, sentí muchísima responsabilidad, pero el hecho de haberlo trabajado tanto y con tanta profundidad con José V. Herrera, con Fuster y ya entonces en Viena con Horst Hajek, me hicieron sentir lo suficientemente segura como para disfrutarlo al máximo. Los compañeros de la orquesta también me animaron mucho.
Te dedicas preferentemente a la enseñanza del clarinete.
¿Alguna vez opositaste para ser intérprete en una orquesta Sinfónica, o escogiste la enseñanza porque es lo que más te gusta?
Sí, aunque estoy activa tocando música de cámara, mi ocupación principal es dar clase. Sí he opositado para orquestas y he obtenido algunos frutos, pero nunca me he sentido lo suficientemente segura como para apostarlo todo por ello. Supongo que ha sido mi carácter y también, porqué no comentarlo, el hecho de que opositar para tocar en orquesta necesita de una preparación tanto instrumental como psicológica que yo no tuve.
La enseñanza no la escogí, ciertamente, pero me dije a mi misma que, si me dedicaba a ello, sería dando lo mejor de mí misma. La enseñanza te da ese espacio que a veces el tocar en orquesta no te da. Tienes un concierto ese día, no otro. El formar a alguien te da espacio. No hay un día preestablecido para que aprenda algo (por lo menos no un día fijo en la agenda).
Sé que eres una experta y das clases de respiración. Este es un tema que a mí me apasiona. Soy una persona mayor y en mi época de estudiante no se conocía, al menos en España la Respiración diafragmática. ¿Puedes decirnos si se presta en la actualidad, la debida atención en los Conservatorios a un tema tan importante y por supuesto, vital, para tocar el clarinete o cualquier otro instrumento de viento?
Bueno, yo no me considero una experta, sino una gran amante de este tema. Me encanta aprender, contrastar información, probar ejercicios en mis sesiones de estudio o en clase con mis alumnos, etc. Conocer nueva bibliografía...
He tenido tantos problemas, preguntas y dudas sobre la respiración, que me planté y decidí que, si yo tenía que ser clarinetista, tenía que dominarlo y punto.
En mi época de estudiante esto no se planteaba en los conservatorios ni mucho menos, así que, hasta que llegué a Viena, fue algo que traté de una manera intuitiva y casi autodidacta. No quiero decir que no se trabajara en las clases de clarinete: sí se trabajaba, pero yo no obtenía todas las respuestas que quería o necesitaba en ese momento, ni resultados duraderos. En Viena ya sí tuve la asignatura de "Fisiología de la respiración" y el profesor era médico y trompetista. A partir de ahí descubrí multitud de bibliografía que empecé a estudiar.
Es agradable ver cómo este tema ya es prácticamente de conocimiento general. Hay muchos músicos especializados en este tema, como Javier Colomer (trombón), Ana María Pérez (clarinete) o David Muñoz (tuba), por nombrar a algunas de las personas a las que sigo (en redes sociales) sobre este tema.
Además, asignaturas relacionadas como técnicas de respiración, Yoga, Técnica Alexander, Método Feldenkrais... ya no son casos aislados en los conservatorios, sino que se van integrando poco a poco al currículo.
Y no solamente la respiración vista como motor de nuestra expresión y nuestra técnica, sino como el aspecto central de la salud del músico, tanto física como psicológica
.
También me consta lo metódica que eres o has sido para plantearte las sesiones de estudio, llevando incluso unas anotaciones con lo estudiado, resultado de la sesión, la caña, etc. Me gustaría que nos comentases cómo llegaste a plantearte, y qué resultados obtuviste con esta disciplina para ordenar tu forma de estudiar, y si lo consideras necesario.
Jajajaja!!!! Parece que he sido un poco "señorita Rottenmeier". La verdad es que no he sido metódica: he andado en busca de un método, que es distinto.
Antes he nombrado a mi profesora de piano, Carme Flexas. Su manera de enseñar me abrió unas puertas que yo no había abierto con el clarinete. Era metódica, paciente, buscaba "ese" resultado y no otro, y tenía una especie de "insistencia amable" que hacía que, tarde o temprano, saliera lo que "tenía que ser". Su exigencia técnica siempre emanaba de la pieza que estábamos trabajando. La búsqueda del tacto sobre el teclado (el "tocco", lo llamaba ella, en italiano), el tipo de sonido según la época, la articulación, siempre pasando por la música para ir al cuerpo a "desenredar" tensiones que permitieran ése o aquél movimiento necesario para la música. ¡La respiración! ¡Ella sí me hablaba de respiración! Todo parecía lógico y consecuente. Y musicalmente emocionante.
Todos mis apuntes en mis "diarios de estudio" de clarinete (les he dedicado un post en mi blog) iban encaminados a encontrar eso: un método de estudio, un método de trabajo que me llevara a los resultados que yo quería (o anteriormente, a los que quería el profesor).
Sigo buscando y sigo con mis "diarios de estudio", ¡aunque son totalmente diferentes a los que empecé a hacer en 1992! Jajajaja!!!!!
Reconocerse en la propia respiración, tener una buena embocadura que nos conecte con el clarinete, despertar el cuerpo a las sensaciones que nos da el instrumento... es una buena base instrumental de la que partir.
Ahora bien, el amor por la música y tener y mantener una cultura musical amplia y una mente abierta, son las bases sobre las que sentar, sin duda, cualquier aprendizaje instrumental.
Muchas gracias Cecilia.Que tengas muchos éxitos como clarinetista y pedagoga, porque te los mereces.
Dúo en Do M Carl Phillip Emanuel Bach
Intérpretes;Cecilia Serra,Elena Simón
Mozart, Adagio del concierto para clarinete KV622 (min. 07:20)
Solista;Cecilia Serra Bargalló
,Orquesta Europea
Su web;https://ceciliaserra.com/
domingo, 10 de septiembre de 2017
Michele Puccini - Concertone for flute, clarinet, horn and keyed trumpet (1838)
Michele Puccini, hermano de Giacomo Puccini,compone un concertante para una formación nada habitual.Flauta, clarinete, trompa y trompeta.A eso se le llama, "romper los moldes", de manera especial, por incluir una trompeta, instrumento tan digno cómo los demás, pero no empleado (hasta donde sé) en aquella época, en cualquier concertante que yo conozca.La vida de Michele, llena de misterio, y sin duda eclipsada por la fama de su hermano Giacomo, se desarrolla principalmente en Brasil.
Nació en Lucca el 19 de abril de 1864,falleció en Rio de Janeiro (Brasil)el 12 de marzo de 1891 a la temprana edad de 27 años.
Existe mucha confusión en las fechas de su nacimiento y de su muerte así cómo una especie de leyenda de cómo y de qué murió.
Merece la pena escuchar la música de Michele por su frescura, quizá influenciada en pequeños detalles, por la música de su hermano mayor Giacomo, además de ser una novedad todo lo relacionado con este compositor.
A 120 años de la muerte del ‘otro’ Puccini por ,
Felicidades a D.Gustavo por su trabajo, tanto por la extensión del mismo cómo por la documentación. Muy interesante y ameneno.
Fuente;https://www.mundoclasico.com/ed3/documentos/15652/anos-muerte-otro-Puccini
Por casi dos siglos la dinastía Puccini dominó la vida cultural y
musical -tanto sagrada como profana- de Lucca y sus alrededores. Su
iniciador, al que siguieron cuatro generaciones de compositores, fue
Giacomo Puccini senior (1712-1781). Tras él vinieron Antonio Benedetto
María Puccini (1747-1832), Domenico Vincenzo Puccini (1772-1815) y
Michele Puccini senior (1813-1864), respectivamente tatarabuelo,
bisabuelo, abuelo y padre de Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo
María Puccini (Lucca, 22 de diciembre de 1858 - Bruselas, 29 de
noviembre de 1924) quien, además de haber sido bautizado acumulando los
nombres de casi todos sus antepasados, fue el más famoso de la dinastía
musical luquesa y el que se alejó de las composiciones religiosas de sus
ancestros para iniciar un camino en la ópera que a la postre lo hizo
triunfar y convertirse en uno de los compositores internacionalmente más
conocidos y admirados en ese género.
Con Giacomo Puccini se extinguió esta dinastía en cuanto a creación musical se refiere, pero no fue el último de la familia en transitar ese camino. Su hermano menor, Michele Puccini (nacido en Lucca el 19 de abril de
Con Giacomo Puccini se extinguió esta dinastía en cuanto a creación musical se refiere, pero no fue el último de la familia en transitar ese camino. Su hermano menor, Michele Puccini (nacido en Lucca el 19 de abril de
jueves, 7 de septiembre de 2017
Ganarse la vida como músico, ¿misión imposible?
En la revista "Nuestras bandas de Música", se publicó el 17 de julio del
año en curso, un excelente artículo de Manuel Tomás Ludeña. He creído
interesante reproducirlo en el blog, porque considero que es muy
ilustrativo de cómo está el panorama laboral para los músicos, una vez
finalizados sus estudios.Además, contiene estádisticas de varios países
europeos de primer nivel musical, que indican los porcentajes a los que están dedicados los músicos en la vida laboral.
Manuel Tomás Ludeña.
Manuel Tomás Ludeña, experto en educación, reflexiona en este artículo sobre si es factible o no dedicarse profesionalmente a la música.
"Te darás cuenta de que se acabó, serás una herramienta obsoleta que
no valdrá la pena arreglar con un maldito matrimonio y 62 mil dólares al
año". Diálogo de la película Misión Imposible.
La búsqueda de oportunidades de empleabilidad para los jóvenes
músicos es una obligación para todos aquellos que tenemos
responsabilidades en el terreno educativo. Después de una crisis
económica muy dura, donde las tasas de desocupación juvenil superaron el
50 %, la mayoría de indicadores apuntan que la situación está mejorando
y que comienzan a aparecer nuevas oportunidades. Ahora nos enfrentamos a
un escenario diferente que es necesario conocer y comprender. Vamos a
ello.
El final del ¿estudias o trabajas?
Hasta no hace muchos años, la mayoría de las personas dividían sus vidas en dos etapas diferenciadas. Una primera de estudio que, en el mejor de los casos, se extendía hasta después de los 20 años si se cursaban estudios superiores y universitarios. Una vez completada esta primera etapa, se iniciaba una segunda caracterizada por el acceso al mercado laboral donde se aplicaba lo aprendido hasta la llegada de la jubilación.
Hasta no hace muchos años, la mayoría de las personas dividían sus vidas en dos etapas diferenciadas. Una primera de estudio que, en el mejor de los casos, se extendía hasta después de los 20 años si se cursaban estudios superiores y universitarios. Una vez completada esta primera etapa, se iniciaba una segunda caracterizada por el acceso al mercado laboral donde se aplicaba lo aprendido hasta la llegada de la jubilación.
Esto era posible, entre otras cosas, porque los cambios en los
diferentes campos del saber eran relativamente lentos respecto a como lo
son en la actualidad y se sucedían a un ritmo que permitía su
asimilación con cierta facilidad. Este escenario sólido y estable
definía una manera de actuar clara: si se completaban estudios, las
opciones de empleabilidad mejoraban sustancialmente. Con ello se
conseguía, en la mayoría de ocasiones, una promoción social y económica
Los que no estudiaban veían mermadas sus posibilidades de ascenso social, pero tenían a su alcance otro tipo de trabajos menos cualificados y por ende con menor retribución, pero trabajo al fin y al cabo. Aquello de ¿estudias o trabajas? con que empezábamos los interrogatorios a nuestras posibles novias/os tenía su sentido. Si alguien no quería estudiar, tenía ciertas opciones de empleabilidad aportando simplemente la fuerza de sus brazos en el sector primario, en la industria o en los servicios.
Ahora ya no es así, las sociedades postmodernas actuales han cambiado rotundamente este escenario. La aparición de las tecnologías de la comunicación y de la información, los procesos de globalización económica y la llamada sociedad del conocimiento han acelerado los procesos de cambios, ahora ya imposibles de predecir a pocos años vista. Y además, cada vez es necesario más cualificación para realizar cualquier tipo de trabajo.
En este escenario, ya no vale aquello de ¿estudias o trabajas?, mejor decir ¿estudias o estudias? Si queremos planificar y desarrollar el ejercicio de una profesión de manera continuada y satisfactoria en el tiempo, es obligatoria una actualización permanente. Vaya, lo que llamamos el aprendizaje a lo largo de toda la vida. No sirve ya tener un expediente extraordinario o ser el primero de la promoción. Estas credenciales, siendo muy buenas, no garantizan el éxito profesional en la actualidad. La liquidez del postmodernismo también ha desdibujado los límites y los contornos de las fases de la vida. Acostumbrarnos a esta situación cuanto antes puede ser muy importante.
En este contexto, los expertos nos dicen que es mejor adquirir nuevas competencias de carácter transversal que faciliten el ejercicio de la profesión en escenarios cambiantes, como son la capacidad de adaptación, la capacidad para programar la propia formación y así un largo etcétera.
Dicho esto, pasamos a analizar a continuación algunas cuestiones relativas al comportamiento del mercado laboral en la llamada música clásica. ¿Cuáles son los caladeros más importantes de empleo musical? ¿Qué competencias y saberes deben atesorar los músicos para incrementar sus opciones de empleabilidad?
Casi todos a la docencia, mal que nos pese
Sin lugar a dudas, es la docencia el caladero más importante de empleo para los músicos. Según estudios recientes, el 72% de los músicos profesionales del mundo occidental (Europa, Norteamérica y Australia) se ganan la vida en el ámbito educativo. Y el resto en todos los demás campos que incluyen la interpretación, la investigación, la gestión, etc.
Debido a nuestro sistema de aspiraciones, la interpretación es el campo profesional preferido, el más atractivo, el sueño dorado para cualquier estudiante. Y esta primera confrontación con la realidad la solemos vivir con cierta frustración. Nos hemos preparado durante los estudios para ejercer la profesión como intérpretes y nuestra formación se ha centrado casi exclusivamente en este terreno; sin embargo, la mayoría acabamos dando clases en institutos, colegios y conservatorios. Y claro, pasa lo que pasa. No es bueno ejercer una profesión que no produce satisfacción, más bien al contrario. Ser feliz en tu profesión es muy importante.
Más allá de la gestión de las frustraciones o infelicidades personales, esta situación también genera problemas de naturaleza superior, ya que la formación del futuro profesorado de música en nuestro país no es la adecuada, los jóvenes que se dedican a la docencia en escuelas de música y conservatorios han cursado la especialidad de Interpretación y apenas tienen formación didáctica. Y mucho más si todavía no está regulado por los poderes públicos la formación pedagógica y didáctica para el ingreso en los conservatorios que la Ley Orgánica de Educación del 2006 (la LOE) estableció hace más de diez años. Pero como decía Kipling, "esto es otra historia".
Los que no estudiaban veían mermadas sus posibilidades de ascenso social, pero tenían a su alcance otro tipo de trabajos menos cualificados y por ende con menor retribución, pero trabajo al fin y al cabo. Aquello de ¿estudias o trabajas? con que empezábamos los interrogatorios a nuestras posibles novias/os tenía su sentido. Si alguien no quería estudiar, tenía ciertas opciones de empleabilidad aportando simplemente la fuerza de sus brazos en el sector primario, en la industria o en los servicios.
Ahora ya no es así, las sociedades postmodernas actuales han cambiado rotundamente este escenario. La aparición de las tecnologías de la comunicación y de la información, los procesos de globalización económica y la llamada sociedad del conocimiento han acelerado los procesos de cambios, ahora ya imposibles de predecir a pocos años vista. Y además, cada vez es necesario más cualificación para realizar cualquier tipo de trabajo.
En este escenario, ya no vale aquello de ¿estudias o trabajas?, mejor decir ¿estudias o estudias? Si queremos planificar y desarrollar el ejercicio de una profesión de manera continuada y satisfactoria en el tiempo, es obligatoria una actualización permanente. Vaya, lo que llamamos el aprendizaje a lo largo de toda la vida. No sirve ya tener un expediente extraordinario o ser el primero de la promoción. Estas credenciales, siendo muy buenas, no garantizan el éxito profesional en la actualidad. La liquidez del postmodernismo también ha desdibujado los límites y los contornos de las fases de la vida. Acostumbrarnos a esta situación cuanto antes puede ser muy importante.
En este contexto, los expertos nos dicen que es mejor adquirir nuevas competencias de carácter transversal que faciliten el ejercicio de la profesión en escenarios cambiantes, como son la capacidad de adaptación, la capacidad para programar la propia formación y así un largo etcétera.
Dicho esto, pasamos a analizar a continuación algunas cuestiones relativas al comportamiento del mercado laboral en la llamada música clásica. ¿Cuáles son los caladeros más importantes de empleo musical? ¿Qué competencias y saberes deben atesorar los músicos para incrementar sus opciones de empleabilidad?
Casi todos a la docencia, mal que nos pese
Sin lugar a dudas, es la docencia el caladero más importante de empleo para los músicos. Según estudios recientes, el 72% de los músicos profesionales del mundo occidental (Europa, Norteamérica y Australia) se ganan la vida en el ámbito educativo. Y el resto en todos los demás campos que incluyen la interpretación, la investigación, la gestión, etc.
Debido a nuestro sistema de aspiraciones, la interpretación es el campo profesional preferido, el más atractivo, el sueño dorado para cualquier estudiante. Y esta primera confrontación con la realidad la solemos vivir con cierta frustración. Nos hemos preparado durante los estudios para ejercer la profesión como intérpretes y nuestra formación se ha centrado casi exclusivamente en este terreno; sin embargo, la mayoría acabamos dando clases en institutos, colegios y conservatorios. Y claro, pasa lo que pasa. No es bueno ejercer una profesión que no produce satisfacción, más bien al contrario. Ser feliz en tu profesión es muy importante.
Más allá de la gestión de las frustraciones o infelicidades personales, esta situación también genera problemas de naturaleza superior, ya que la formación del futuro profesorado de música en nuestro país no es la adecuada, los jóvenes que se dedican a la docencia en escuelas de música y conservatorios han cursado la especialidad de Interpretación y apenas tienen formación didáctica. Y mucho más si todavía no está regulado por los poderes públicos la formación pedagógica y didáctica para el ingreso en los conservatorios que la Ley Orgánica de Educación del 2006 (la LOE) estableció hace más de diez años. Pero como decía Kipling, "esto es otra historia".
No se trata de disuadir a nadie, ni mucho menos, de ser intérprete
pero sí de ofrecer una información veraz. Los jóvenes músicos han de
saber la verdad, muchos irán a la docencia. Y gracias, porque se trata
de un trabajo apasionante.
Ser polifacético, la mejor fortaleza
La formación recibida en nuestros conservatorios como ya hemos dicho está centrada en la interpretación. Las competencias adquiridas nos capacitan para interpretar con el instrumento y dentro de una agrupación orquestal un repertorio de la llamada música clásica de tradición europea y compuesta mayoritariamente entre 1650 y 1950. No está mal, pero es una híper especialización no exenta de peligros y limitaciones.
Un estudio australiano nos dice que los músicos capaces de ganar más de 60.000 dólares al año (ya se sabe cómo son los anglosajones, todo lo mercantilizan) son los polifacéticos, capaces de interpretar varios tipos de música o de desarrollar su trabajo en varios ámbitos a la vez: gestión, docencia, investigación, etc.
Pero es que siempre fue así. Los músicos en el pasado fueron muy habilidosos en varios campos. Parece ser que J. S. Bach se ganaba la vida también dando clases, copiando partituras, componiendo música para aficionados, tocando el órgano y todavía pudo componer obras maestras. Algunos de los principales intérpretes del clasicismo eran espías. Sí, los James Bond de la época, porque desplazarse por las principales cortes de Europa y convivir con los responsables políticos más poderosos era una ocasión que no debía ser desaprovechada.
Y más recientemente. Todavía me sorprende nuestra insigne catedrática del Conservatorio de Valencia y una de las profesionales más brillantes del panorama musical valenciano, María Ángeles López Artiga. En sus años de juventud alternaba sus tareas docentes, su labor como cantante clásica, la organización de clases particulares y su pertenencia a un grupo musical de pop, Angélica y los Serenaders. Casi nada.
Como todo en la vida, habrá quien haga lecturas diferentes y pensará que estas situaciones propias de la necesidad no son recomendables. No sé si tienen razón. Considero que en la actualidad mantener una carrera profesional estable y duradera en el tiempo exige una elevada gama de habilidades que se debe adquirir. Sin ánimo de polemizar en temas tan sensibles, que cada cual piense lo suyo, pero negar la realidad o no aceptarla no la cambiará.
Oportunidades: "haberlas haylas"
Pues sí, nunca hubo tantas condiciones favorables. El impacto de la cultura en la economía es muy elevado. En 2010, un 3% del PIB y generaba 550.000 puestos de trabajo directos, más que algunos sectores tradicionales.
Además, nunca la música tuvo tanto prestigio. El alumnado que cursa estas enseñanzas en conservatorios y escuelas de música aumenta día a día. Hemos logrado convencer a la sociedad de que esto de ser músico "mola" y produce importantes beneficios personales, sociales, etc. Es más, cuando Howard Gardner desarrolló el concepto de inteligencias múltiples incluyó la inteligencia musical. ¡Menudo bombazo!
Hace algunas décadas, ser músico profesional no estaba bien visto en muchas zonas de nuestro país, las familias 'bien' querían que sus hijos fueran abogados, médicos o arquitectos. Ahora no, al contrario. Nunca estuvimos tan bien vistos.
También las diferentes administraciones han incorporado la música en las enseñanzas generales. Desde el 1990 así ha sido, nos puede parecer poco, pero ahí estamos. Y los conservatorios y escuelas de música han proliferado por todo el país; la mayoría de las ciudades españolas de más de 20.000 habitantes disponen de estos centros educativos. Es algo incontestable.
En el pasado, las opciones de empleabilidad han venido mayoritariamente del sector público: orquestas y bandas dependientes de administraciones, colegios, institutos y conservatorios públicos, etc. Pero están incrementándose las opciones dentro del sector privado, mayoritariamente en la enseñanza. En la Comunitat Valenciana, la inmensa red de sociedades musicales, muy implantadas cada vez más en otras comunidades como Galicia o Castilla La Mancha, ofrecen importantes bolsas de empleo: directores de las agrupaciones, profesorado de las escuelas de música, últimamente directores pedagógicos de estas escuelas, etc. Un panorama muy interesante si actúa de manera combinada con el respaldo y apoyo de las administraciones.
Aún queda mucho por hacer, empezando por establecer mecanismos de observación que nos permitan explorar, analizar y detectar las necesidades de perfiles profesionales. También sería una línea de gestión estimular el carácter emprendedor y formar a los futuros músicos profesionales en algunas competencias transversales que les permitan mejorar sus opciones y así explorar alternativas de empleabilidad que no pasen necesariamente por llamar a la puerta de 'lo público'.
La formación recibida en nuestros conservatorios como ya hemos dicho está centrada en la interpretación. Las competencias adquiridas nos capacitan para interpretar con el instrumento y dentro de una agrupación orquestal un repertorio de la llamada música clásica de tradición europea y compuesta mayoritariamente entre 1650 y 1950. No está mal, pero es una híper especialización no exenta de peligros y limitaciones.
Un estudio australiano nos dice que los músicos capaces de ganar más de 60.000 dólares al año (ya se sabe cómo son los anglosajones, todo lo mercantilizan) son los polifacéticos, capaces de interpretar varios tipos de música o de desarrollar su trabajo en varios ámbitos a la vez: gestión, docencia, investigación, etc.
Pero es que siempre fue así. Los músicos en el pasado fueron muy habilidosos en varios campos. Parece ser que J. S. Bach se ganaba la vida también dando clases, copiando partituras, componiendo música para aficionados, tocando el órgano y todavía pudo componer obras maestras. Algunos de los principales intérpretes del clasicismo eran espías. Sí, los James Bond de la época, porque desplazarse por las principales cortes de Europa y convivir con los responsables políticos más poderosos era una ocasión que no debía ser desaprovechada.
Y más recientemente. Todavía me sorprende nuestra insigne catedrática del Conservatorio de Valencia y una de las profesionales más brillantes del panorama musical valenciano, María Ángeles López Artiga. En sus años de juventud alternaba sus tareas docentes, su labor como cantante clásica, la organización de clases particulares y su pertenencia a un grupo musical de pop, Angélica y los Serenaders. Casi nada.
Como todo en la vida, habrá quien haga lecturas diferentes y pensará que estas situaciones propias de la necesidad no son recomendables. No sé si tienen razón. Considero que en la actualidad mantener una carrera profesional estable y duradera en el tiempo exige una elevada gama de habilidades que se debe adquirir. Sin ánimo de polemizar en temas tan sensibles, que cada cual piense lo suyo, pero negar la realidad o no aceptarla no la cambiará.
Oportunidades: "haberlas haylas"
Pues sí, nunca hubo tantas condiciones favorables. El impacto de la cultura en la economía es muy elevado. En 2010, un 3% del PIB y generaba 550.000 puestos de trabajo directos, más que algunos sectores tradicionales.
Además, nunca la música tuvo tanto prestigio. El alumnado que cursa estas enseñanzas en conservatorios y escuelas de música aumenta día a día. Hemos logrado convencer a la sociedad de que esto de ser músico "mola" y produce importantes beneficios personales, sociales, etc. Es más, cuando Howard Gardner desarrolló el concepto de inteligencias múltiples incluyó la inteligencia musical. ¡Menudo bombazo!
Hace algunas décadas, ser músico profesional no estaba bien visto en muchas zonas de nuestro país, las familias 'bien' querían que sus hijos fueran abogados, médicos o arquitectos. Ahora no, al contrario. Nunca estuvimos tan bien vistos.
También las diferentes administraciones han incorporado la música en las enseñanzas generales. Desde el 1990 así ha sido, nos puede parecer poco, pero ahí estamos. Y los conservatorios y escuelas de música han proliferado por todo el país; la mayoría de las ciudades españolas de más de 20.000 habitantes disponen de estos centros educativos. Es algo incontestable.
En el pasado, las opciones de empleabilidad han venido mayoritariamente del sector público: orquestas y bandas dependientes de administraciones, colegios, institutos y conservatorios públicos, etc. Pero están incrementándose las opciones dentro del sector privado, mayoritariamente en la enseñanza. En la Comunitat Valenciana, la inmensa red de sociedades musicales, muy implantadas cada vez más en otras comunidades como Galicia o Castilla La Mancha, ofrecen importantes bolsas de empleo: directores de las agrupaciones, profesorado de las escuelas de música, últimamente directores pedagógicos de estas escuelas, etc. Un panorama muy interesante si actúa de manera combinada con el respaldo y apoyo de las administraciones.
Aún queda mucho por hacer, empezando por establecer mecanismos de observación que nos permitan explorar, analizar y detectar las necesidades de perfiles profesionales. También sería una línea de gestión estimular el carácter emprendedor y formar a los futuros músicos profesionales en algunas competencias transversales que les permitan mejorar sus opciones y así explorar alternativas de empleabilidad que no pasen necesariamente por llamar a la puerta de 'lo público'.
Todos podemos empujar en la misma dirección
Como casi siempre en la vida, todos podemos aportar algo. En primer lugar, las administraciones y los poderes públicos. En la Comunitat Valenciana y en virtud de nuestro movimiento asociativo ya estamos tardando en establecer políticas sectoriales de empleo relacionado con la actividad musical aprovechando recursos y fondos europeos y propios, por ejemplo.
Las instituciones educativas superiores, Conservatorios Superiores y Universidades, tienen mucho que decir, adecuando los planes de estudio y la formación a las necesidades reales del alumnado. Y evitar que los conservatorios se conviertan en una especie de invernaderos, donde el alumnado sobrevive muy bien allí dentro pero que, una vez fuera, con las enseñanzas recibidas no puede encontrar trabajo. Si observamos el catálogo de postgrados que ofrecen los conservatorios públicos, encontramos una oferta, como siempre, centrada en la Interpretación salvo honrosas excepciones. Y erre que erre. Al final se trata de enseñar a los alumnos no lo que sabemos los profesores sino lo que necesitan realmente. Muy sencillo y muy difícil de llevar a término.
Y como no, la responsabilidad individual y las decisiones que debe tomar cada músico. Se trata de planificar su propia formación, conocer con claridad el contexto laboral actual y tomar sus propias decisiones en función de todo esto, adoptar una actitud más abierta, incrementar y diversificar su formación, explorar las posibilidades que ofrece la internacionalización ya que somos una gran potencia en educación musical. Como se puede observar, un gran abanico de posibilidades. Sin olvidar la felicidad en el trabajo.
Tenemos muchos ejemplos. Me permito citar a mi admirado colega, el oboísta Vicente Llimerà, un profesional que desempeña su labor en la docencia, la interpretación, la gestión y la investigación. Un Leonardo Da Vinci actual como me gusta decirle. Su versatilidad, capacidad de trabajo y planificación adecuada de su propia carrera nos deben guiar como ejemplo. Y también Fermín Galduf, trompa solista de la Orquesta de Córdoba a quien una abrupta enfermedad profesional le apartó de su trabajo en unos pocos meses, algo difícil de superar. Pero reorientó sus capacidades, hoy regenta una empresa dedicada a la formación, al coaching de músicos y gestión de escuelas de música. Todo un ejemplo de adaptabilidad.
Tenemos modelos en quien fijarnos y se podría citar muchos más ejemplos de éxito que ahora llamamos "buenas prácticas".
En definitiva, no es fácil, nadie dijo que lo fuera. La confianza en nuestros jóvenes, su capacidad creativa y emprendedora son el mejor activo para cosechar muchos éxitos en el futuro si somos capaces de trabajar todos en la misma dirección. Al final, se trata de conseguir una carrera profesional duradera y satisfactoria y para ello nada mejor que desterrar algunas creencias limitantes que nos han acompañado durante mucho tiempo.
Apasionante, como los grandes retos de la vida.
Manuel Tomás Ludeña
Fuente;https://www.nuestrasbandasdemusica.com/secciones/secciones-nbm/colaboraciones/8131-ganarse-la-vida-como-musico-mision-imposible.html
domingo, 3 de septiembre de 2017
Y llegó septiembre....
Otra vez con todos vosotros; puede más las ganas que la lógica. Las ganas de seguir publicando y estar en "contacto" con personas que conozco y otras a las que ni conozco ni nunca conoceré.
La lógica debería imponerse, y dejar de publicar ni una sola entrada más. Soy mayor, por no decir viejo, cada vez me cuesta más hacer cualquier trabajo, medianamente bien.Yo que he sido muy meticuloso, ahora me he vuelto desordenado, dejado y la meticulosidad es necesaria para publicar medianamente bien.Hay que pasar horas buscando algo que pueda servir a los que tenéis la amabilidad de visitar el blog. Ya no las paso...me conformo con dar una"vuelta" por la red a ver que encuentro y pronto me desespero, por que "nada nuevo bajo el sol"
No tengo la suficiente formación para escribir de mi cosecha, y la formación que tuve, se va extinguiendo con el paso de los años.Cómo se dice ahora, de forma muy poco solidaria,,,,,"es lo que hay". No obstante como apenas salgo de casa, necesito "TODAVIA" hacer algo, y hacer algo es tocar el clarinete todos los dias dos o tres horas y mantener el contacto con todos vosotros a los que agradezco una vez más, vuestras visitas.
Me esforzaré todo lo que pueda para no defradudaros y contando con vuestra benevolencia y compresión, yo........sigo.
Para empezar dos obras de dos autores españoles para clarinete solo, que son exlusivas, pues el disco que ha grabado Josep Fuster hace muy poco que está el en mercado.
C y Colors, de J.B. Messeguerlar i net, de Salvador Brotons. La primera dedicada a Josep y la segunda estreno.
Hay que agradecer a Josep su vitalidad para estar siempre al "pie del cañón" grabando sin parar y ofreciendo novedades como las del actual C.D. que es completo decicado a obras para clarinete solo.Todo un reto que Josep aborda y sale del mismo con una enorme solvencia clarinetistica y musical. No sólo es un gran clarinetista sino que además es un gran músico y los que tenemos el honor de conocerlo, lo catalogamos sin excepción cómo excelente persona.
Supongo que estas obras están editadas y si a alguno de vosotros pudieran interesarle, escribirme un correo y trataré de deciros dónde las podéis adquerir.
Bienvenidos.
Biografias de J.Bautista Messeguer y Salvador Brotons.
J.Bautista Messeguer
Nació en Alberic (Valencia), donde a la edad de 9 años,
inició sus primeros estudios musicales en la sociedad musical de dicha
localidad.
Más tarde proseguiría sus estudios en el Conservatorio
Superior de Música de Valencia, donde obtiene el título de profesor de saxofón,
y finaliza los estudios de Armonía con el insigne catedrático D. José María
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