miércoles, 14 de abril de 2010

Compositores que escribieron música para el clarinete; desde Faber a Brahms

Antes de Faber, la historia nos cuenta una serie de datos que des­pués de profundas investigaciones han resultado bastante probables. Reseñemos es­tos no olvidando que hasta el citado Faber no aparece el nombre de Clarinete en partitura.

Empecemos por un músico italiano nacido en Bolonia: Attilio ARIOSTI (1666-1740). Entre sus 21 óperas, podemos citar la titulada MARTE PLACATO, escrita en 1707, por la inclusión del Chalumeau en algunas de sus partes.

Hacia el año 1709, Agustino STEFFANI (Castelfranco Veneto, 25 de Julio de 1654 - Francfort, 12 de Febrero de 1728) termina su ópera IL TURNO, en la cual, cuatro instrumentos de la familia Chalumeau in­terpretan después de la escena con efecto pastoril.

Otros compositores fueron: Marco Antonio ZIANI (Venecia, 1653-Viena, 1715) en su ópera CAIO POMPELIO (1704); Juan José FUX(1600-1741); Reinhard KEISER (Teuchern, 1673-1739) en su ópera CROESUS (1711) y SERENATA (1716).

Fueron todos ellos compositores que en sus épocas emplearon el Chalumeau; no podemos ir más allá, porque su fecunda obra ha desapa­recido casi en su totalidad, sólo nos podemos guiar por escritos y hasta anécdotas contadas en el tiempo.

Sin embargo la primera mención del Clarinete en una partitura apa­rece en una misa de Juan Adam José FABER, organista de la catedral de Amberes en 1720; es éste un ejemplo aislado, ya que Johann Gottfried Walter anunció como primicia en 1732 en el MUSIKALISCHES LEXICON refiriéndose al Clarinete de la siguiente forma: "a distancia suena más bien como una Trompeta".

Entre los años 1735 y 1745 fueron ya bastantes los compositores importantes que intentaron ampliar su capacidad inventiva en la com­posición por medio del nuevo instrumento. Entre ellos podemos citar a Antonio VIVALDI (Venecia, hacia 1676-Viena, Julio de 1741), entre sus numerosos conciertos que no llegaron a publicarse, al igual que sus manuscritos, podemos citar tres escritos para varios instrumentos, entre ellos el Cla­rinete.

Jorge Felipe TELEMANN (Magdeburgo, 14 de Marzo de 1681-Hamburgo, 25 de Julio de 1767), lo utiliza en una sinfonía. Juan Cristóbal GRAUPNER (Kirchber -Sajonia- en 1683 -Darmstadt, 10 de Mayo de 1760), que entre sus numerosas com­posiciones citamos la Obertura en SOL mayor escrita hacia 1740 para tres chalumeaux. Federico HAENDEL (Halle 22 de Febrero de 1685 - Londres 14 de Abril de 1759) en su Obertura en RE participan dos clarinetes, hacia 1745. Los dos clarinetes están afinados en DO junto con un Corno de Caccia. En la ópera TAMERLANO, en una de sus versiones, aparece una canción para ser orquestada con dos violines y dos clarinetes.

En 1739 la orquesta de Kremsmünster de Austria poseía dos clarinetes, y en esa misma época, un periódico de Franfort, insertaba el anuncio de la llegada de dos buenos clarinetistas, invitando al público a concurrir a una determinada taberna para escucharlos. En el mismo año se conoce la ópera ELEAZARO de José BONNO (Viena 1710-1788); en la partitura de esta ópera, escrita en 1739, apare­ce el nombre de Clarinete; y, poco más tarde, en la ópera TURNO ARICINO escrita en 1707 por Juan Bautista BONON­CINI (Módena, 1670).-Venecia, hacia 1750), lo mismo que en las dos de Juan Adolfo HASSE (1699-Venecia 1783).

En 1749 se usó el instrumento en Franfort en la ejecución de un Oratorio. En ese mismo año, el primero en utilizar el Clarinete en Fran­cia fue Juan Felipe RAMEAU (Dijón, 1683-París, 1764) en su ópera ZOROASTRO, y no en ACANTHE Y CEPHISE como comúnmente se ha venido creyendo.

Pero volvamos un poco atrás para dar paso a un acontecimiento histó­rico en la vida orquestal y del clarinete. La primera que reemplazaba el “Bajo Continuo” por los instrumentos de viento y que pone música formal a dos clarinetes, en definitiva la que crea escuela en Mannheim.

*El clarinete en la orquesta:

Todo empezó cuando en 1745 fue nombrado director Johann Wen­zel Anton STAMITZ que entre sus numerosas composiciones se encuentra un Concierto para Clarinete en SI bemol y orquesta de cuerda, y un Cuarteto para Clarinete, Violín, Viola y Violoncello. Hay noticias bastante precisas de que la aparición de clarinetes en Mannheim fue hacia 1759 y que probablemente eran de tres llaves.

Por este tiempo, entre la abundante obra instrumental de Juan Melchor MOLTER. Podemos señalar cuatro conciertos para Clarinete afinado en RE, y dos para el afinado en SI bemol. Es este uno de los primeros compositores -junto a Stamitz- que escribió música obliga­da para el instrumento.

En 1758 la famosa orquesta de Mannheim, cuyo fundador fue el ya citado Stamitz, tuvo otro hombre al frente, su hijo Karl, que se encargó de perfeccionar todos los acontecimientos artísticos citados como orques­ta modelo en su tiempo continuando la labor de su padre y llegando a tener dos clarinetes en la plantilla. En lo sucesivo, fue apareciendo gradualmente en las diversas or­questas alemanas y austriacas, y es muy significativo que en varios pun­tos de Europa y otros continentes lo hallemos primero en una Banda Militar.


Cristóbal W. van GLUCK (Erasbach, 2 de Julio de 1714-Viena, 15 de Noviembre de 1787) empleó el Clarinete en sus óperas: en ORFEO Y EURIDICE y en ALCESTE.

Por esa época -1762- el Clarinete figura en la obra ARTAXERXES del compositor Tomás Agustín ARNE (Londres, 1710-1778); no cabe duda que se convierte entonces -conjuntamente con los instrumentos de viento en madera- con bastante regularidad de participación, en uno más de los instrumentos en las orquestas de Londres y muy especialmente en las bandas militares.

J.J. ROUSEAU (1712-1778), escritor, músico y filósofo, también escribió un importante dúo para ser interpretado por dos clarinetes.

Carl Philipp Emanuel BACH (1714-1788) utiliza el Clarinete en seis sonatas para Clarinete, Fagot y Clavecín; además, una escrita para seis instrumentos.

Carl Friedich ABEL (Kóthen, 1723-Londres, 1787); su mayor actividad creadora empezó cuando en 1759 se traslada a Londres, donde dio muchos con­ciertos junto a J.Ch. Bach, durante los años 1764 a 1782. Compuso sinfonías, conciertos, oberturas, música de cámara al estilo de la escuela de Mannheim; junto con el citado Bach y más adelante Mozart, fueron los primeros compositores que emplearon el Clarinete en la orquesta en plan serio.

François FRANCOEUR tuvo relación con J.J. Fux y escribió dos obras que tratan de los instrumentos de viento; en su obra EUR ORE ET CEPHALE (1766), hace uso del Clarinete en SI bemol.

Según Gustavo CHOUQUET, historiador francés (El Avre, 1819-Paris, 1886) autor de una obra titulada Historia de la Música dramática en Francia, (1873) Gaspart y Sadler introducen el instrumento en la or­questa de la ópera francesa.

Clarinetistas, compositores e incluso fabricantes de instrumentos, se esforzaron para escribir música para Clarinete y darse a conocer, de esta manera, teniendo en cuenta la novedad del instrumento, aunque en muchos casos, además de la poca consideración que el público dispensa­ba rechazaba y con razón, la inclusión del instrumento aún nada perfec­to junto con violines Stradivarius. No obstante, por su tenaz trabajo y confianza en el instrumento, son dignos de citar los compositores Karl Ditters von DI­TTERSDORF (Viena, 1739-1799), Franz Anton ROESSLER, Franz Anton DIMLER y el clarinetista Georg Friedrich FUCHS.

Karl STAMITZ, como ya hemos dicho, hijo de J.W.A. Stamitz si­guió perfectamente su huella en Mannheim; compuso mucha música pa­ra el Clarinete, algunos de sus cuatro conciertos hoy día se interpretan, sobre todo el Concierto en FA mayor y MI bemol, y el núm. 3, todos ellos para el Clarinete afinado en SI bemol.


Miguel YOST, clarinetista excelente y compositor para su instru­mento. Discípulo y, al mismo tiempo, rival de E.J. Beer, debutó en el Concert Spirituel en 1777; está considerado, al igual que Beer, como fundador de la escuela francesa de Clarinete; entre sus discípulos hay que citar a J.J. Lefévre. Yost escribió firmando sólo con su nombre 15 conciertos para Clarinete, 5 colecciones de cuartetos para Clarinete e ins­trumentos de cuerda, dúos y un método para el estudio del Instrumento.

Volvamos un poco atrás para saber cómo el Clarinete recibió el tí­tulo de nobleza en las composiciones de quien más lo utilizó:

*Wolfgang Amadeus MOZART (1756-1791):

Considerando algunas de las fechas en que Mozart escribió música para el Clarinete, resulta algo extraño que aquel gran viajero de la Euro­pa musical, escribiera a su padre desde Mannheim ya en 1778: "No podéis imaginaros el efecto magnífico que hace una sinfonía con flautas, oboes y clarinetes...", y luego aludiendo a la cons­titución de las orquestas de concierto vienesas, dice: "¡Que lástima que no tengamos clarinetes!". Y sin embargo, sabemos que Mozart era austriaco y el Clarinete de invención alemana; Mozart había nacido en 1756 y el Clarinete lo aventajaba en 56 años.

No cabe duda que estaba al corriente de todas las evoluciones del nuevo instrumento y de todos aquellos artistas que ya lo tocaban increí­blemente bien en su tiempo; mucho antes que le escribiera a su padre, no obstante, por su conveniencia artística, no emplea el instrumento en todas las sinfonías que le quedaban por hacer.

Y es el gran interés y afición de Mozart por el instrumento a la que debemos su primera aplicación realmente artística; desarrollando sus posi­bilidades hasta un grado muy alto, pensando e inspirado por el magní­fico clarinetista Anton STADLER, amigo íntimo.

Creo que el caso de Mozart merece una excepción. Así pues citaré, desarrollando a continuación y cronológicamente las obras más importantes clarinetísticamente de la obra de Mozart:

1781-SERENATA "GRAN PAR TITA" en SI bemol. K-361, núm. 10: dos clarinetes sopranos y dos contraltos Corno di Bassetto. Es una de las obras más hermosas de Mozart escrita para instrumentos de viento. Esta es una de las llamadas serenatas “serias” de Mozart. Fue terminada en Viena.

1781-SERENATA en MI bemol núm. 11. K-375: dos clarinetes. Fue terminada en Octubre de 1781, es una de las obras más brillantes y alegres. En principio para seis instrumentos, es 1782 le fueron añadidos dos oboes.

1782-SERENATA "Música de noche" en DO menor. K-388: dos cla­rinetes. Terminada en Julio de 1782. Es una obra bastante singular por el tono elegido, ya que las serenatas se escribían es tonos mayores, más alegres y festivos.

1784-QUINTETO en MI bemol K-452: Oboe, Clarinete, Trompa, Fagote y Piano. El lo consideraba como la mayor obra hasta la fecha. A parte del Piano, cada uno de las instrumentos suenan sin hacerse sombra entre sí.

1789-QUINTETO EN LA MAYOR "Stadler". K-581: Clarinete, dos violines, viola y violoncello. Lo llamo así por haberlo escrito para su amigo Stadler. Es una obra muy popular de Mozart y tiene mucho en común con el concierto para piano en La K-488.

1791-CONCIERTO PARA CLARINETE Y ORQUESTA en LA mayor K-622. Fue terminado el 28 de Septiembre de 1791, fue el último concierto de Mo­zart. Había bosquejado el primer tiempo con cierta anterioridad -proba­blemente a finales de 1789- pero, hasta dos años más tarde no lo com­pletó para su amigo Stadler. Esta obra, una de las más bellas de Mozart, es también la última obra instrumental que pudo terminar.

1791-RE QUIEM. K-626. Su Requiem quedó inacabado. Y es sin duda en el segundo tiempo (Adagio) cuando expresa de forma magistral la paz que sentía ante la muerte. En su Réquiem utilizo dos Corno di Bassetto.

.Los contrastes de tono y color en los diversos registros son utiliza­dos plenamente. No existe campo de expresión en las diversas alturas del instrumento que no se haya hecho un uso perfecto.

Francisco José HAYDN (1732-1809) usó muy poco el Clarinete; alrededor de 1790 podemos citar: Sie te Nocturnos para dos clarinetes, dos trompas, dos violas y Bajo.

Después de este período, dos clarinetes del grupo de los sopranos se convierten en característica indispensable de toda orquesta.

El hecho de que formaran parte en las orquestas dos clarinetes, por lógica, dividieron su cometido independientemente; mientras el primero jugaba con las partes altas del resto de los instrumentos de madera o in­cluso metal (flautas, oboes y trompetas), el segundo se limitaba a refor­zar armonías de los más graves (Fagot, trompas, etc.), aunque en casi todas las obras la posibilidad clarinetística inspiraba nuevas ideas al au­tor; desde Mozart todos observaron una gran posibilidad y recurso or­questal en vista del interés y encanto del nuevo y ya popular sonido.

F. VANDERHAGEN fue muy célebre por la creación de dos mé­todos, uno para el Clarinete de cinco llaves y el otro para el de doce, ambos muy bien graduados.

En 1756 se estableció en Paris Albeit WALTER y, además de de­sempeñar varios cargos musicales como director, compuso dúos y varia­ciones que como clarinetista interpretaba.

Maethieu Fréderic BLASIUS (Lanterburg, 1758 Versalles, 1829), clarinetista y compositor, además fue profesor del Conservatorio de París y director de la orquesta titular en la Opera Cómica. Entre sus composiciones podemos señalar 48 cuartetos para instrumentos de vien­to, un Concierto para Clarinete y en 1796 compuso unos estudios que titula Nuevo método para Clarinete.

Juan Javier LEFEVRE compuso para el Clarinete de seis llaves un método en 1802 que se hizo célebre en casi todo el mundo, además compuso dos conciertos, dos sonatas, una Sinfonía concer­tante, una fantasía capricho y tres dúos concertantes.

Karl BOCHSA (Bohemia-París en 1821), además de instrumentis­ta, fue compositor; entre su obra cabe destacar un manual para el estudio del Clarinete, tres cuartetos concertantes para Clarinete, Violín, Viola y Violoncello.

Ludwig van BEETHOVEN (Bonn, 16 de Diciembre de 1770-Vie­na, 26 de Marzo de 1827). Entre su numerosa y no menos famosa obra, nos dejo en 1792 tres dúos para Clarinete y Fagot, un rondino y un octeto. En 1796 un sexteto; en 1796-97 un quinteto para Clarinete, Oboe, Trompa, Fagot y Piano. En 1798 un trío para Clarinete, Violoncello y Piano, un septimino en MI bemol mayor para instrumentos de cuerda y viento que fué terminado en 1800. Anton REICHA (Praga, 26 de Febrero de l77O-París, 28 de Mayo de 1835) fue flautista en la orquesta de Bonn. En sus composiciones (30 quintetos) introduce al Clarinete en varias obras camerísticas;

Heinrich Joseph BAERMANN. Clarinetista y compositor alemán, ha dejado 38 obras de estudio para su instrumento y un Concertino Op. 24. La aparición de la décima llave significó una reestructuración en la técnica de su obra; hoy día, aparece aún su obra en algún que otro programa oficial de estu­dio del Clarinete en los conservatorios.

Juan Bautista GAMBARO. Clarinetista y compositor italiano (Gé­nova, 1785-1828). Después de haber dirigido una or­questa militar, se estableció en París; como clarinetista es componente de la orquesta del Teatro Ita­liano, y como compositor, nos dejó dos conciertos para Clarinete, tres cuartetos para Flauta, Clarinete, Trompa y Fagot; seis dúos; doce capri­chos; fantasías; etc.

Otro gran enamorado del Clarinete de bella, viril y lírica inspiración que con su romanticismo puso un eje importante y trascendental en el Clarinete del grupo soprano entre Mozart y Brahms, fue Karl María von WEBER (Butín, 18 de Diciembre 1786-Londres, 5 de Julio 1826). Este hombre demostró una gran predilección por el instrumento; la época y circunstancia, hicieron que encontrara el apoyo y las facilidades de un fenómeno del Clarinete, como lo fue el ya citado Baermann. Weber com­puso importantes obras dedicadas al Clarinete, citemos las siguientes:

-INTRODUCCION, TEMA CON VARIACIONES Op. 33: para Cla­rinete e instrumentos de cuerda.

-CONCERTINO en MI bemol mayor, Op. 26 con acompañamiento de orquesta; escrito para Baermann que estreno el día 5 de Abril de 1811, con un Clarinete de diez llaves.

-GRAN QUINTETO para Clarinete e instrumentos de cuer­da, terminado en 1815.

-GRAN DUO CONCERTANTE en MI bemol mayor, Op. 48: para Clarinete y Piano. Es esta la más espectacular composi­ción para dichos instrumentos, no solo en aquella época sino también en esta. Dicha composición fue terminada el año 1816.

-CONCIERTO NUMERO UNO en FA menor Op. 73: para Clarine­te y orquesta.

-CONCIERTO NUMERO DOS en MI bemol mayor Op. 74: tam­bién para Clarinete y orquesta.

Weber utilizó el instrumento en muchas de sus composiciones des­tacando siempre los temas más importantes; por ejemplo: OBERON, PRECIOSA, DER FREISCHUTZ, EURYANTHE, etc. escritas en 1826, 1820, 1821 y 1823 respectivamente. Hay que destacar que Weber es­cribió para el Clarinete afinado en DO, SI bemol y LA; un instrumento más perfeccionado, digitación ligera y mucho más reducido que el de Stadler. Aconsejado siempre por Baermann, además de emplear con ca­rácter los registros grave, medio y agudo, escribió con plena libertad las notas del sobreagudo: cosa que instrumento y clarinetista superaban asombrosamente.

Giácomo Antonio ROSSINI (1792-1868). De entre sus numerosas y grandes composiciones en las que emplea el Clarinete -especialmente el afinado en DO- citemos tres en que éste es protagonista: Introducción, tema y variaciones para Clarinete y orquesta, en DO mayor (1809); Andante y tema con variaciones para Flauta, Clarinete, Fagot y Trompa, en FA mayor (1812); Fantasía (para Clarinete y Piano, en MI bemol mayor (1829).

Franz SCHUBERT (31 de Enero 1797-19 de Noviembre 1828). Escribió un ofertorio para la voz de Soprano y Clarinete Op. 46, un no­table Der Hirt auf dem Félses con Clarinete obligado, y un Octeto Op. 166 que lo requiere también.

Ernesto CAVALLINI (Milán, 1807; muere en la misma capital en 1874). Clarinetista y compositor, recorrió los principales países de Euro­pa, siendo muy aplaudido por su talento y maravillosa técnica. Fue inte­grante de la orquesta Alía Scala de Milán y en 1852 se traslada a San Pe­tersburgo, como profesor de su instrumento en el Conservatorio y to­caba, además, en la capilla real y en el teatro imperial. Al regresar a su patria en 1867, obtuvo el puesto de profesor de Clarinete en su ciudad natal. Compuso para su instrumento gran número de piezas que se dis­tinguen por su elegancia y corrección, entre las que figuran: variaciones, conciertos, fantasías y caprichos que destacan entre todos los de su gra­do. Resumiendo: Cavallini fue un virtuoso de la época.

Hilyacintbe Eleonore KLOSE, entre sus composiciones destacamos: un Concertino y 12 solos con acompañamiento de Piano y otras composiciones y estudios.

Pero cuando él estuvo de profesor en Paris, y después del gran tra­bajo con el sistema Boehm e inclusión en el estudio oficial del Conserva­torio de dicho sistema, es cuando realizó, la obra cumbre, que no solo se adapta a otros instrumentos (Saxofón), sino que fue y sigue siendo ejemplo de todos los métodos de enseñanza clarinetística. Se trata de su METODO COMPLETO PARA CLARINETE (París 1843), primero con la tabla del nuevo sistema, obra realmente importante.

Roberto SCHUMANN (1810-1856) también empleó el Clarinete en su Phantasiastücke (Clarinete y Piano) Op. 73. Tres romances Op. 94 para Oboe, Clarinete y Piano, y en Märchenerzählungen (Cuatro piezas para Clarinete, Viola y Piano Op. 132), lo mismo que en sus cuatro sin­fonías, concierto para Piano y orquesta, etc.

Karl BAERMANN, hijo de Heinrich; nació en Munich en 1811 y murió en 1885; siguió la huella de su padre ya que también fue un excelente clarinetista sucediéndolo en la orquesta de la corte de Baviera. Compuso varios conciertos para Clarinete y orquesta y un método para su instru­mento. Su hijo Karl (1839-1913) fue pianista y discípulo de Liszt.

Antonio ROMERO fue alumno de H. Eslava en la composición. Publicó un extraordinario ME TODO COMPLETO PARA CLARINETE, primera edición: 1845; segunda, 1860 para el estudio del Clarinete de 13 llaves que aún estaba muy en boga en España, Italia, Bélgica y Alemania.

Wenceslas Hugo ZAVERTAL. Clarinetista y compositor checo(Polep, 1821-Litomerice, 1899). Trabajó como instrumentista, director de orquesta y fue profesor en Glasgow, Praga, Barcelona, Fkume, Treviso, Módena y Helensbergh. Fue director del Conservatorio de Trevijo y de la Escuela de Música de Módena.

Johannes BRAHMS, nació en Hamburgo en Mayo de 1833. Murió en Viena en 1897. Es el tercer gran compositor para el instrumento -MOZART, WEBER, BRAHMS-.

Cuando en 1891 hace una visita a Mannheim, le entusiasmó de tal forma el clarinetista Richart MUHLFELT que se propuso emplear el instrumento en su inmediata composición:

Trío para Clarinete, Violon­cello y Piano en LA menor Op. 114. En el mismo año compuso el Quinteto en SI menor Op. 115 para Clarinete e instrumentos de cuerda. Las dos sonatas para Clarinete y Piano Op. 120, fueron compuestas por puro placer, sin encargo alguno, solo con la idea de aprovechar el nuevo instrumento. Escritas en el mes de Julio de 1894 en Bad Ischl, donde Brahms pasaba los meses de verano. El comunicó sus nuevas composiciones a Muhlfeld, invitándole a que se trasladara a Berchtesgaden llevando consigo el Clarinete en SI bemol; ésto ocurrió en el mes de Septiembre de 1894; y, entre compositor y cla­rinetista, analizaron las posibilidades y rectificaron las formas clarinetísticas de las sonatas.

También en 1894, cuando Brahms se encontraba en Francfort, opi­naba a propósito del Clarinete, que su sonido se asocia más al Piano que los instrumentos de cuerda, opinión parecida a la de Schumann.

Al principio, en 1895, las sonatas fueron publicadas por N. Simrock, en Berlín junto con un arreglo para Viola de la parte clarinetística. Brahms, también hizo otro experimento de las sonatas, pasando la parte del Clarinete al Violín, siendo todo ello publicado separadamente. Sin embargo, debemos considerar que la modificación más importan­te de Brahms en la parte de Viola comparada con la del Clarinete, fue cambiar el registro de diversas secciones dentro de las partes melódicas.


Debemos destacar el hecho de que muchos compositores fueron iniciados en la creación de obras de este tipo por el contacto de clarine­tistas virtuosos, bien en su mayoría, solistas en diversas orquestas, o bien concertistas que se dedicaban exclusivamente a demostrar sus condicio­nes y adiestramiento en este novísimo instrumento que, en sus tiempos, acaparaba asombrosamente la atención, principalmente de todos los compositores, y luego de los grandes melómanos y, porque no, de todos los curiosos; deseosos, todos ellos, con su participación, de ser prota­gonistas de la evolución del instrumento de sonido peculiar que inventa­ra Denner. Digo esto, porque el Clarinete es quizás el único instrumento que se inventó; todos los demás han tenido su proceso evolutivo desde sus principios hasta nuestros días: el Clarinete pues, evoluciono desde Denner.

Los compositores que escribieron música para el instrumento a par­tir de Brahms son muchísimos, pero es imprescindible recordar el esfuerzo habido por parte de, no sólo de compositores y clarinetistas, sino de los copistas, que en muchos casos firmaban las composiciones te­niendo en cuenta el progreso y popularidad que adquiría el nuevo ins­trumento.

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