lunes, 4 de noviembre de 2013

Quinteto Baerman nº 3 ,Op 23.Clarinete/ Josep Fuster/ Cuarteto de cuerda Glinka

Una vez más tengo el placer de publicar un vídeo con el quinteto de Baerman, teniendo como intérprete a Josep Fuster. Hace mucho tiempo que quería publicar este quinteto con uno de los Adagios más hermosos que nunca se han escrito. No encontraba,ni se encuentra en Youtube,ninguna versión que fuera lo suficientemente buena para publicarla, y si hay alguna que tiene calidad es sólo el Adagio. Josep Fuster,me regaló un CD en el que, con el cuarteto Glinka, interpreta el Quinteto mencionado. He hecho un vídeo con fotos y lo he editado en Youtube. Hoy lo publico para todos vosotros y creo que es muy interesante que lo escuchéis completo. Efectivamente el 1º y 3er tiempo no tienen según mi modesta opinión la gran calidad que tiene el segundo tiempo, o sea el ADAGIO, que Fuster con el cuarteto Glinka hacen una hermosísima versión.Espero que os guste.
Baermann estudió por primera vez el oboe, y finalmente se convirtió en director de orquesta de la Guardia Real de Prusia en su ciudad natal de Potsdam. Pero la parte más notable de su talento musical surgió que después se cambiara al clarinete. Capturado en la batalla de Jena por los franceses, se las arregló para escapar y hacer su camino a Munich, que sería su "base" hasta su muerte en l847. En Munich, Heinrich pronto encontró empleo en la orquesta de la corte como clarinetista. Su técnica impecable, combinado con su sonido, que supuestamente era una combinación de brillo y la suavidad de terciopelo, muy pronto lo convirtió en el clarinetista más admirado en Alemania. Estaba dotado también con una gran inteligencia y una personalidad genial; se hizo amigo de muchos compositores, entre ellos Brahms, Mendelssohn, y, en particular, Weber, quien escribió dos conciertos y la popular Concertino. En l8ll y l8l2, Weber y Baermann realizaron una extensa gira por Austria y Alemania, en Berlín, ayudó a establecer Weber como un compositor serio. Baermann más tarde pasó a aparecer en todas las grandes capitales de Europa, y fue recibido en todas partes con la aclamación fenomenal. En l8l9, ofreció seis meses de conciertos en Inglaterra, en donde también presentó algunas de sus composiciones propias. Un crítico Inglés escribió: "... en las manos de Baermann, el clarinete está bajo completa sujeción." Heinrich Baermann escribió conciertos, sonatas, fantasías de óperas populares de la época, y la cámara de numerosos trabajos con el clarinete. El Adagio proviene de su quinteto tercero para clarinete y cuerdas, y fue escrito en l82l. En ese momento, Wagner era un colegial de ocho años de edad, que no había mostrado ningún talento especial para la música, y que no iba a escribir su primera obra seria de la música por otros diez años. Nadie ha descubierto aún por qué esta breve y suave adagio se publicó bajo el nombre de Wagner durante tanto tiempo. Tal vez, debido a su belleza. Es posible que alguien de la empresa editora de Breitkopf y Härtel confundió con la armonía que fluye de la introducción con la obra de un joven Wagner. Pero todo esto es especulación.

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