Hace unas semanas tuve el gusto de participar como invitado en un programa de Radio Nacional Argentina. El conductor de esta audición es, casualmente, un antiguo suscriptor del boletín: el luthier Leopoldo Pérez Robledo. En la entrevista (que duró una hora) se dio una charla muy amena, con preguntas sobre mi carrera, música en general, y también se pasaron al aire algunas grabaciones mías como clarinetista.
En determinado momento del reportaje, conté que entre los años 1985 y 1989 había integrado la Orquesta Juvenil de esa emisora (Radio Nacional), cuando sus directores eran Ljerko Spiller y Carlos Calleja. Fue una gran experiencia de aprendizaje musical puesto que la orquesta trabajaba muy bien, a un ritmo casi profesional, con muchos conciertos (siempre a sala llena), repertorio diferente cada dos semanas, con directores y solistas invitados, etc. Ah... además Radio Nacional pagaba a los músicos (!!) una mensualidad bastante respetable, que nos alcanzaba por ejemplo para solventar nuestras clases y mantener los instrumentos. Es decir, era una orquesta juvenil rentada y muy prestigiosa, a la que muchísimos aspiraban ingresar (yo lo logré después de varios intentos).
Mientras tocaba en esa orquesta me convocaron como músico contratado en una orquesta profesional de las más importantes del país, durante unas pocas semanas. Obviamente, esta orquesta sonaba mejor (había instrumentistas de alto nivel) que la otra, pero me llamaba mucho la atención que, a pesar de estar integrada por adultos, éstos eran más indisciplinados... ¡trabajábamos mucho mejor en la Orquesta Juvenil!
Esto ocurrió hace como 15 años, ahora trabajo en otro organismo sinfónico pero lamentablemente tengo la misma sensación; añoro la concentración, calidad del trabajo, y aprovechamiento del tiempo que teníamos en la orquesta juvenil.
El tema es complejo de analizar, pero yendo a lo más evidente, ¿saben qué es lo que MÁS extraño de los ensayos de la orquesta juvenil? : que cuando el director detenía a la orquesta para dar alguna indicación, ¡¡había silencio!!
La música es hermosa surgiendo del silencio, pienso yo.
En cambio, en nuestros ensayos actuales hay un ruido constante proveniente de músicos que hablan, o que siguen tocando una vez que el director paró. Ah... y algo muy importante: la presencia constante de "chistes", "comentarios graciosos", "ocurrencias", "juegos de palabras risueños", por parte de los músicos a lo largo de TODO el tiempo de ensayo, y "festejados" con estruendosas risas por casi todos los músicos que se sientan cerca del "gracioso" en cuestión. Menos el director, claro, en el caso de que sea un director que quiera trabajar bien.(Algunas veces estos "comentarios graciosos" "chistes" "ocurrencias" etc..han sido obra del director, festejados con risotadas por los "pelotas" de turno; esto no lo dice Daniel Kovacevih, esto lo dice José Antonio Solé).
¿El resultado? Tensión constante entre director y músicos, deficiente preparación para los conciertos, desmotivación y mala calidad de vida (stress) durante los ensayos, especialmente para los que quieren trabajar mejor. Trabajar como músico puede ser algo maravilloso, pero muchas veces resulta casi enfermante.
PD. Os "suena" de algo este comentario?
Feliz lunes a tod@s
Este es , por desgracia , el pan nuestro de cada dia en nuestras bandas de música. La disciplina brilla por su ausencia, y lo peor de todo es que buscan resultados casi profesionales sin darse cuenta de que hacen falta unos mínimos para alcanzar las metas que se proponen ,metas que de ninguna manera se pueden conseguir sin unos valores preestablecidos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, aunque... que ocurra en una orquesta profesional me parece mucho más grave que en una banda de amateurs donde cada músico tiene unas inquietudes y una forma de vivir la música distintas, que son, al fin y al cabo, las que le hacen seguir acudiendo a los ensayos, y no para todos son alcanzar un resultado profesional...
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